La sorpresa en la noche electoral andaluza tuvo un nombre propio: Vox. Y un arma secreta que se ha vuelto imprescindible en las elecciones políticas: las redes sociales. Vox cuenta con más de 94.000 seguidores en Instagram, 135.000 seguidores en Twitter y 194.000 en Facebook. Y se ha gastado en la campaña que le ha dado 12 escaños 150.000 euros. A la estela de Trump, el Brexit, Obama y con Facebook en entredicho por las fake news, Santiago Abascal ha usado las redes para expandir un mensaje que se ha visto menos en los medios tradiciones y en especial WhatsApp. Por ese camino y bajo el lema ‘Eres de Vox, pero no lo sabes’. A través de listas de difusión que permiten enviar varios mensajes a la vez, Vox ha difundido el suyo.
Andreu Casero, experto en comunicación política de la Universidad Jaume I considera que "las redes sociales son un elemento fundamental en las campañas electorales, también para las formaciones extraparlamentarias", ya que se han convertido en una "vía de comunicación directa de los partidos, que controlan ellos mismos". No obstante, "a veces se hace un uso de ellas desde el punto de vista democrático cuestionable", fomentando comportamientos "reacciones violentas" o comportamientos "poco cívicos".
El profesor Casero también destaca que existe un uso adecuado de las redes por parte de los partidos. "Para partidos sin representación parlamentaria es una herramienta barata que le permite llegar a dónde no habrían llegado de otro modo por la falta de recursos y donde solo llegan los partidos y los medios tradicionales". Es lo que ha ocurrido con Vox, que ha usado el poder de las redes sociales para "movilizar a sus votantes y para llegar a la gente que no los conocían pero que consumen habitualmente redes sociales y no prensa y televisión tradicional". Otra cosa distinta es que el resultado electoral se deba exclusivamente a las redes sociales y su impacto. En este caso Casero señala que ha sido "un buen complemento que les ha ayudado pero no ha hecho que estén en el Parlamento”.
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Julio César Herrero, Director del máster de Comunicación y Marketing Político del IFM Business School coincide en que las redes han servido a Vox para "vehicular su argumentario entre afines" Además, estamos ante la "posibilidad de ahorrar recursos, mantener un contacto más directo con los votantes, viralizar y tener presencia en los medios". Como pescadilla que se muerde la cola, el impacto en las redes convierte hechos en noticias.
Juan Merodio, experto en Marketing y Transformación Digital en la Empresa: Blogger, Speaker & International Advisor considera que "en el caso de Vox y su uso de WhatsApp se da una coincidencia curiosa, y es el color, al final ambos usan el mismo tipo de verde (más o menos) lo que a nivel visual da la sensación de una integración de la herramienta con la marca del partido político". En el impacto conseguido en esta red por parte de la formación política de Abascal no hay truco. Han sido capaces de “conseguir una alta audiencia en tus listas de difusión y con ello tener en sus manos una potentísima herramienta de comunicación inmediata y con unos ratios de apertura superiores al 90%, que pocas (por no decir ninguna) herramienta ahora lo está dando”.
En el caso de Vox "han destacado muy bien en una parte visible al principio de su web la suscripción a las alertas siendo accesibles a cualquier persona interesada en poco más de un click". De este modo han conseguido que sus seguidores se conviertan en "cibermilitantes que actúan como embajadores de la marca, de sus noticias, novedades… haciendo que la viralización de cualquier contenido sea prácticamente inmediato y a un coste muy bajo”.
En el fondo, la clave en redes sociales es conocer bien a la audiencia que quieres cautivar, saber qué le preocupa, cuáles son sus miedos, frustraciones, ambiciones… al final es hacer un perfil muy detallado del posible votante y generar contenidos que refuercen y apoyen sus sentimientos. Si esto se logra, las redes sociales pueden convertir una marca en imparable. La falta de presupuesto en este caso ha sido para Vox una suerte. Y le ha funcionado.