La actividad del volcán de La Palma ha descendido en las últimas horas. Los parámetros han bajado, aunque, los científicos piden prudencia, porque estos niveles tienen que mantenerse o incluso bajar más. Mientras, la lava sigue llegando al mar sin desbordarme por el camino.
Dos parámetros muestran una importante tendencia a la baja. El dióxido de azufre se mantiene entre 2.000 y 4.000 toneladas aunque los expertos señalan que para hablar del fin de la erupción esta debe situarse por debajo de 100. No obstante, los niveles de este gas tóxico ha descendido y mucho en los últimos días porque llegó a situarse por encima de 40.000
Por otro lado, está la sismicidad, que también lleva varios días sin aumentar. Mientras, la lava sigue haciendo su aporte al mar aunque sin desbordarse. Eso implica que no aumentará la destrucción y que la cantidad de lava que sale de los conos en algo menor.
A pesar de estas buenos datos, los vulcanólogos advierten que es pronto para hablar del final de la erupción del volcán de La Palma. A pesar de la disminución de la actividad está puede ir aún para largo.
La directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias y portavoz del Comité Científico del Pevolca, María José Blanco, ha reiterado que hay que esperar a que haya "una tendencia a la baja pero mantenida" de estos parámetros, pues aunque están "con una tendencia o bien mantenida y estable desde hace tiempo o bien a la baja, esto se tiene que mantener en el tiempo".
En el caso concreto de las emisiones de dióxido de azufre (SO2), la portavoz del Comité Científico aclaró que, aunque todavía se están observando niveles altos, son más bajos que en otros días, pero reiteró que tiene que bajar "mucho más" para que se pueda decir que es un nivel realmente bajo.