Casi tres meses después de que comenzase la erupción del volcán de La Palma, tres municipios al completo tuvieron que ser confinados este lunes. Los vecinos de Los Llanos, El Paso y Tazacorte tuvieron que quedarse en casa por la extremada mala calidad del aire. Horas después mejoraba, por lo que finalizaba el confinamiento. Y es que, lejos de calmarse aumenta la explosividad en el volcán de Cumbre Vieja con la expulsión de bombas lávicas de importante tamaño.
La silueta del volcán vuelve a difuminarse en una nueva demostración de fuerza, con ceniza y gases saliendo de las bocas emisoras y lava propulsada hacia el cielo de la isla. La imagen ayer desde el cono principal era imponente.
La emisión de lava cesa a ratos pero la explosividad es otra vez constante y los científicos realizan sus mediciones bajo una intensa lluvia de piroclastos de todos los tamaños y bombas volcánicas rodando ladera abajo a toda velocidad.
Fue un episodio de reactivación más largo que el vivido el domingo, según los expertos. “Las bombas salen incandescentes”, señala otro vulcanólogo que ayer trabajaba sobre el terreno. Las "bombas lávicas son del tamaño de balones de fútbol" o un poco más grandes, advierten.
En las coladas que discurren en superficie una nueva lengua de fuego avanza, destruyendo algunas edificaciones nuevas y rellenando huecos que aún quedaban intactos entre coladas antiguas.
Fluye más lava y eso ha provocado el desborde de la colada. El volcán sigue activo y la fecha de su fin es todavía un misterio.