Aseguran que se ven desbordados en los encuentros de máximo riesgo como el de anoche entre el Olympique de Marsella y el Athletic de Bilbao. Por eso piden que los agentes de la policía autónoma vasca controle a los hinchas dentro del campo. Ayer cincuenta guardias de seguridad tuvieron que enfrentarse a cientos de ultras enfervorecidos que gritaron, provocaron y lanzaron bengalas, hiriendo a una mujer. Dos vigilantes tuvieron que ser trasladados al hospital, tras ser agredidos por los radicales. La policía autonóma vasca responde que ellos acuden cuando es necesario, pero que la responsabilidad de la seguridad del campo es de la empresa privada.