Los vecinos de La Palma afectados por el volcán de Cumbre Vieja continúan con la lucha por volver a empezar de nuevo. Tras el ansiado fin de la erupción queda un largo camino evaluando y reparando los daños. La ceniza reina en las zonas afectadas, y en barrios como el de Las Manchas, aunque varios vecinos han podido regresar a sus casascasas, lamentan que son inhabitables. El denso manto negro tras el paso de la lava y la falta de agua lo hace imposible. “No se puede vivir”, lamentan.
La abundante ceniza, de hecho, hace que haya puertas que se resistan a la apertura: “Hay muchos problemas porque está en las cerraduras”, cuentan, pero pese a todo ya hay quien quiere reabrir su negocio haciendo frente a todo obstáculo.
Es el caso de Sori y Victor, quienes han vuelto a su bar de Las Manchas encontrando esperanza pese a todos los desperfectos: “Lo siguiente es abrir, que la vida continúe, que tenemos ganas”, cuentan a Informativos Telecinco.
El barrio continúa casi oculto por la cantidad de ceniza que sigue acumulada en sus calles: “Verlo así, de esta manera, es un poquito fuerte. Hay que quitar mucha ceniza para poder acceder”.
Así lo expresa también Esperanza, una vecina que hubo de abandonar su casa hace 4 meses, huyendo de los estragos provocados por el volcán de Cumbre Vieja: “Estábamos tomando café y oí un ruido muy fuerte: ‘la montaña que estaba reventando’”,
La cafetera de aquel día se quedó en el fregadero de la cocina: “Fuimos los primeros que salimos de aquí”, relata, y aunque el volcán ya no es una amenaza deben airear cada estancia porque hay un riesgo que puede permanecer invisible; los gases tóxicos.
Las compañías de seguro ahora peritan los daños y, con paciencia y esfuerzo, mientras se intenta que Las Manchas resurja de las cenizas.