De todas las cárceles españolas Iñaki Urdangarin eligió la de Brieva, en Ávila. Una prisión de mujeres en la que pasará cinco años de su vida completamente solo, sin más compañía que la del funcionario de turno que le vigilará, y le proporcionará las comidas. Un aislamiento voluntario por el que ha optado Urdangarin, para proteger su seguridad y su intimidad, pero que, según los expertos, le puede traer consecuencias negativas para su estado físico y anímico.