Más de 240 viviendas se han perdido en la zona en las últimas horas. Las calles, las carreteras, las viviendas, los comercios, las iglesias, el colegio… todo está prácticamente sepultado.
Así lo muestran las terribles imágenes captadas en el lugar, en las que se aprecia cómo esa unión de las coladas ha reforzado la fuerza destructiva, haciendo el río de lava aún más extenso, lo que está destrozando el núcleo de La Laguna.
Quienes todavía no han perdido su hogar permanecen en vilo, sabedores de que están a merced de la evolución y la trayectoria que siga la lava. El frente de la colada se dirige hacia la costa, pero antes ha de enfrentarse con la montaña de La Laguna, un punto decisivo porque si avanza bordeando la montaña por el norte puede seguir destruyendo viviendas de barrios ya evacuados. La esperanza está en que tuerza hacia el sur y se una a la colada que está a escasos metros de caer al mar, pero ninguno encuentra consuelo ante la magnitud del desastre que divisan a diario.
“Perdí la casita en Todoque y mi familia es de La Laguna y estamos a la expectativa de que pierdantambién la casa”, cuenta Gloria, una de los muchos afectados, lamentando la situación y la destrucción causada por el volcán.
En este escenario, algunos de los vecinos de La Laguna que ayer podían ver su casa hoy se han levantado sin nada. Donde se encontraba su vivienda hoy solo se divisa un gran manto negro.
“Me levanté ayer con una casa y hoy sin ella. Fue una lenta agonía. No quería irse, no quería caer, pero cayó desgraciadamente. La mía, la de los vecinos… Mientras esperaba ver caer mi casa vi como 15 caer antes”, cuenta un afectado, intentando encontrar fuerza y entereza para salir adelante.