Un año de la primera víctima mortal por covid en una residencia: "Entre todos la mataron y ella sola se murió"
La fallecida se llamaba Carmen, tenía 99 años, y su hija denunciaba que nadie le avisó de la enfermedad de su madre
Las residencias denunciaron en el Congreso el abandono que habían sufrido
En el caso de Ramona, espera que el juzgado admita a trámite su querella
"Se ha muerto. La he abrazado y la he besado". Eran las palabras de la hija de la primera víctima mortal por covid en España. Ocurría tal día como hoy, 3 de marzo, hace justo un año. La fallecida se llamaba Carmen, tenía 99 años, y su hija denunciaba ante las cámaras que nadie le avisó de la enfermedad de su madre en los días previos a su fallecimiento.
Por fortuna, la vacunación ha reducido drásticamente los contagios y la mortalidad en las residencias. Pero el coronavirus ha sido absolutamente letal para los más mayores, casi 30.000 ancianos han muerto desde aquella primera víctima (29.782). La cifra oficial que dio a conocer en la jornada de este martes.
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Decían "que no nos teníamos que preocupar, que esto era como una gripe"
La primera víctima de una residencia era usuaria de un centro de la Comunidad de Madrid, y las circunstancias inmediatamente posteriores a su muerte, para nada hacían presagiar la tragedia que se nos venía encima.
En aquel entonces, la hija de Cármen era la única que utilizaba mascarilla: lo hacía por iniciativa propia y para proteger a los demás, porque había estado varios días cuidando a su madre sin saber el elevado riesgo de contagio al que se estaba exponiendo.
La presidenta de la patronal de residencias CEAPS, Cinta Pascual, asegura que, a raíz del primer fallecimiento por covid en una residencia, "preguntaban a las autoridades qué pasaba" y les decían "que no nos teníamos que preocupar, que esto era como una gripe". El desfile de ataúdes pronto demostró que era más que una gripe. Las funerarias no daban abasto, y los cuerpos quedaban durante días en los geriátricos.
La hija de Ramona denuncia que "los directores podían hacer más"
Las residencias denunciaron en el Congreso el abandono que habían sufrido. "Alguien decidió que no había camas de hospital para todo el mundo", señaló una portavoz el pasado mes de junio. Se refería a los protocolos, que restringieron el ingreso en hospitales de los mayores con problemas graves de salud.
Lo sabe bien Ramona, una mujer que grabó todas las conversaciones exigiendo al geriátrico de su madre que la ingresaran. "Las autoridades hicieron su parte de mandar ese protocolo y los directores sabían que podían hacer más y no lo hicieron. Entre todos la mataron y ella sola se murió", denuncia.
Ha pasado un año, pero el juzgado todavía no ha admitido a trámite su querella pese a las pruebas. "Lo que yo pienso es que se hubiera salvado. Me sonrió con un gesto que nunca voy a olvidar", concluye la mujer sobre la dura experiencia que vivió.