El suplicatorio de Puigdemont amplía el catálogo de discrepancias en el Gobierno de coalición
El Ejecutivo atraviesa tres 'minicrisis' en un mismo día: los 11.000 millones, el rey emérito y el suplicatorio de Puigdemont
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No pasa ni un día sin que se airee una nueva desavenencia entre los socios del Gobierno de coalición. Un suma y sigue que acumula ya una larga lista de diferencias que monopoliza el debate político. En las últimas horas se han puesto de manifiesto en tres escenarios distintos. En el Parlamento europeo, PSOE y Podemos han votado lo contrario ante el suplicatorio de Carles Puigdemont, en el Congreso también tampoco han coincidido sobre las presuntas irregularidades que afectan al rey emérito y en Moncloa, las diferencias se centran en el paquete de ayudas de 11.000 millones anunciado por Pedro Sánchez. El desacuerdo afecta tanto a las cantidades como a su destino.
Todo eso se une al catálogo de roces ya existentes. El 8M pasó con disgusto para Podemos, no del todo convencido con la idea de prohibir las manifestaciones que, pese a todo, respetó escrupulosamente. De fondo, dos conceptos discrepantes del feminismo que encabezan la vicepresidenta Carmen Calvo y la ministra de Igualdad, Irene Montero y que también les separan en la Ley Trans. Y a todo esto, se sigue negociando entre las dos partes la Ley de Vivienda con la exigencia de Podemos de regular el mercado del alquiler ante las reticencias del sector socialista del Ejecutivo.
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El suplicatorio de Puigdemont
La votación en la Eurocámara que ha permitido levantar la inmunidad a Puigdemont ha abierto una brecha entre socialistas y morados. El PSOE ha votado a favor, Podemos en contra y los dos partidos se lo han echado en cara. La socialista Adriana Lastra ha dicho no entender que los de Pablo Iglesias hayan rechazado una medida para que la "Justicia haga su trabajo". Para ella, los suplicatorios no son más que "un mero trámite" para que los tribunales puedan actuar.
Según Pablo Echenique, es Podemos quien no entiende que el PSOE haya sumado sus votos a los del PP y Vox a favor de un suplicatorio que, a su juicio, no es un trámite. Podemos ha recordado que fue el propio Pedro Sánchez el que apostó por acabar con la judicialización del conflicto en Cataluña y por aportar soluciones por la vía política.
La investigación en el Congreso al rey emérito
La monarquía, y ya es un clásico, también ha separado a PSOE y Podemos en el Congreso. Los socialistas han rechazado, con PP y Vox, la pretensión de Podemos para que Felipe VI compareciese en la Cámara y para que se crease una comisión de investigación sobre el rey emérito. El PSOE ya ha confirmado en numerosas ocasiones que su posición política es contraria a investigar.
El informe de los letrados esgrimía los artículos 56.3 y 65 de la Constitución para rechazar la iniciativa de Podemos y de los partidos independentistas. La formación de Iglesias considera que es "un insulto a la inteligencia" el argumento del PSOE para vetar la comisión porque considera que la inviolabilidad está pensada para proteger los actos del rey en su condición de jefe del Estado, no para permitirle escapar de la Justicia en su vida privada.
El decreto de los 11.000 millones
Lo de los 11.000 millones ha contribuido a enredar aún más la semana. En principio se preveñia que el decreto de ayudas a las enpresas se aprobara este martes. El lunes por la noche, sin embargo, Moncloa avisó de que se retrasaba hasta el viernes, en un Consejo de Ministros extraordinario. Podemos acababa de pedir que hasta 8.000 de esos millones fueran para ayudas directas y para todos los sectores. Lo que, en principio, no es el plan de los minsterior económicos del PSOE.
¿El retraso, pues, es por estas dicrepancias? La ministra portavoz, María Jesús Montero lo negó hasta tres veces. Puso en cuestión, incluso, la veracidad de las voces que, anónimamente, han deslizado que la culpa la tiene este nuevo choque. Según ella ha sido por razones exclusivamente técnicas.
Le secundó Nadia Calviño, vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, que atribuyó también el retraso en la aprobación del plan de ayudas de 11.000 millones de euros, a que es una cuestión "muy compleja que no se resuelve con un tuit o una nota de dos páginas". En una inesperada comparecencia ante los medios en el Senado, Calviño se refirió a la demanda de Podemos de fijar en 8.000 millones las ayudas directas, diciendo que "esto no es una especie de subasta de cantidades. Se trata de un trabajo serio, responsable y una cuestión muy compleja que no se resuelve con un tuit o una nota de dos páginas".
Nacho Álvarez, el hombre de los números en Podemos, le salió al paso de inmediato. "Precisamente porque somos conscientes de la importancia de las ayudas directas para la supervivencia de muchas empresas y empleos,Podemos lleva semanas haciendo propuestas para garantizar un plan ambicioso. Era urgente hace semanas". Más fuego cruzado.
Un circo de tres pistas
La coalición -Parlamento europeo, Congreso, Moncloa- en un mismo día como si fuera un circo de tres pistas, cuatro si se cuenta esta última refriega en el Senado y las redes sociales. Ante esta retahíla de desavenencias la pregunta, una vez más, parece obvia: ¿peligra el Gobierno de coalición? La respuesta también es clara, a ninguno le interesa romper y que la legislatura salte por los aires.
Iglesias busca la estrategia de marcar la diferencia para apuntalar su territorio y Sánchez se beneficia de que todo el foco esté puesto en el líder de Podemos para aparecer como el presidente moderado.
En un escenario, eso sí, agitado. Más aun esta vez en la que el caso Puigdemont ha metido en la ecuación a ERC, un socio clave para armar mayorías parlamentarias. Gabriel Rufián se ha revuelto molesto después de que el Gobierno haya celebrado que la eurocámara le haya dejado al expresidente expuesto a la acción de la Justicia.
"Si siguen así lo acabaran celebrando en sus casas, y no en Moncloa", ha dejado caer Rufián como amenaza. El republicano ha recordado que sus 13 diputados son fundamentales para la estabilidad de Sánchez. "Tanto va el cántaro a la fuente...", ha advertido sin acabar la frase. Dejando en el aire lo de que al final acaba por romperse. Para el PSOE la relación con Esquerra es buena y enmarca el enfado en el "momento complejo" que se vive en Cataluña con las negociaciones con Junts per Catalunya y la CUP. En Moncloa contaban con este ruido añadido lo daban, y es literal, "por descontado".