El Ministerio de Sanidad se prepara ante una eventual cuarta ola mientras habla ya de “cambio de tendencia” hacia el ascenso de los contagios. Con la incidencia creciendo paulatinamente y situándose este jueves en 134,08 casos por 100.000 habitantes en el acumulado a 14 días, y ante la previsión de lo que pueda deparar Semana Santa, –fecha proclive a la multiplicación de los desplazamientos y los contactos sociales, pese a haberse decretado el cierre perimetral de las autonomías y pese a las múltiples advertencias–, el departamento dirigido por Carolina Darias pretende el endurecimiento de las restricciones. Concretamente, se espera la actualización del denominado ‘semáforo covid’, es decir, la modificación o ampliación de la lista de medidas recomendadas según los niveles de alerta (de muy bajo a bajo, medio, alto o muy alto/extremo), dentro del documento que fija un marco de actuación común de referencia para las comunidades autónomas.
En estos momentos, si se llegase a aprobar el endurecimiento de las restricciones, llevaría por ejemplo a requerir el cierre del interior de la hostelería en Madrid, hoy la comunidad autónoma con más tasa de contagios por habitante, con una incidencia de 235,32, solo superada por las ciudades autónomas de Melila, con 518, y Ceuta, con 250,07 casos por 100.000 habitantes.
Concretamente, el endurecimiento afectaría solo afectaría solo a las comunidades con más de 150 casos por 100.000, que en esto momento son siete, sumando a las tres citadas (Madrid, Melilla y Ceuta) Asturias (161,03), Cataluña (171,81), Navarra (200,70) y País Vasco (206,23)
Con el nuevo semáforo, a partir del nivel de riesgo alto, –con incidencias entre 150 y 250 casos por 100.000–, Sanidad recomienda suspender el servicio en el interior de bares y restaurantes; y también en las terrazas cubiertas.
Además, se limitarían a 6 el máximo de personas en reuniones y a 10 los asistentes a ceremonias en espacios cerrados. Estas últimas serían suspendidas en caso de llegar al riesgo muy alto, con incidencias superiores a 250 casos por 100.000 habitantes.
En ese nivel extremo las reuniones serían de cuatro personas como máximo, dentro y fuera de casa, salvo convivientes, y la hostelería tendría que reducir horarios y el aforo en terrazas al 50 %.
En todo caso, esta propuesta no se aplicaría hasta después de Semana Santa y tras haber sido aprobada antes en el Consejo Interterritorial.