Los sanitarios españoles que se han jugado la vida contra el coronavirus, premio Princesa de Asturias de la Concordia
El padre Ángel ya pidió que les dieran en premio en Informativos Telecinco
Ha muerto por el camino, han consolado a las familias, a los enfermos que sabían que se iban sin poder despedirse. Con bolsas de basura y sin mascarillas en los inicios de un pandemia devastadora. Han aplaudido a los supervivientes en cada una de las UCI de España, les hemos aplaudido desde los balcones. Son los héroes sin mancha de una pandemia que nos ha enseñado a todos la importancia de la sanidad. Los sanitarios españoles que trabajan en primera línea contra la pandemia de la COVID-19 han sido galardonados este miércoles con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2020.
Y lo merecen más que nadie porque en medio de la falta de concordia de nuestros políticos, enfrascados en sus cuitas internas sin sentido, el mismo día que en el Congreso se va a probar un nuevo estado de alarma, aunque lo que provoca pánico es lo que se escucha dentro, los sanitarios han sido la esperanza de todos. La guía de muchos y el orgullo de todos. Porque para ellos no ha habido excusas, muchos han tenido que separarse de sus familias para no contagiarlas y otros han visto a compañeros quedarse por el camino. Y algunos incluso han sufrido la ingratitud de vecinos, a los que el miedo superó. Pero fueron los menos. Porque ellos siempre han vuelto al día siguiente a esas UCI repletas, afortunadamente ya menos. El padre Angel ya pidió para ellos el Príncipe de Asturias, y lo van a tener.
Este reconocimiento está dirigido a los profesionales de la medicina, la enfermería, los auxiliares y el resto del personal sanitario que han atendido directamente a los pacientes contagiados y han realizado su labor en los principales focos de lucha contra la enfermedad del coronavirus desde que empezó esta emergencia sanitaria y que se ha cobrado la vida de miles de personas.
El galardón de la Concordia, que el año pasado recayó en la ciudad polaca de Gdansk, comoi símbolo de resistencia contra el nazismo, es el primero de los ochos premios dados a conocer este año, cuyos fallos se han visto retrasados por la crisis de la COVID-19 y han obligado a los jurados a reunirse por primera vez de manera telemática para afrontar las deliberaciones.
El primer premio anunciado este año
La Fundación Princesa de Asturias había cambiado el tradicional orden de anuncios, que siempre arrancaba con el premio de las Artes, en una edición marcada por la pandemia en la que los jurados se reúnen telemáticamente.
El jurado destaca en sus apreciaciones a unos sanitarios que "con su heroico espíritu de sacrificio, y asumiendo graves riesgos y costes personales, incluso la pérdida de la propia vida, se han convertido ya en el símbolo de todas las personas, instituciones y empresas enfrentadas a esta pandemia", resalta el fallo del premio, que fue propuesto por Ginés Morata, Pedro Miguel Echenique Landiríbar y Sir Salvador Moncada, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2007, 1998 y 1990, respectivamente. Este colectivo, añade el acta, ha sido reconocido como tal "con constantes muestras de agradecimiento y solidaridad no solo por el conjunto de la sociedad española, sino también en el ámbito internacional".
En sus deliberaciones, el jurado ha resaltado la importancia de la proyección de esa ejemplaridad personal "hacia el futuro incierto que se avecina", la representación en el colectivo premiado de todas las personas y estamentos que en la sociedad están librando esta batalla y la voluntad de simbolizar en ellos el reconocimiento a quienes en los distintos países han venido teniendo un comportamiento ejemplar contra la pandemia
Tras el de la Concordia se fallarán los galardones de las Artes, el día 5 de junio; el de Comunicación y Humanidades, el 9; el de Ciencias Sociales, el 11; el de los Deportes, el 16; el de las Letras, el 18; el de Investigación Científica y Técnica, el 23; y el de Cooperación Internacional, el 25.
La respuesta de los sanitarios
El presidente del Consejo General de Enfermería (CGE), Florentino Pérez Raya, ha celebrado que los profesionales sanitarios que están luchando en primera línea contra el COVID-19 han sido reconocidos con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia.
"Es una gran satisfacción y, sin duda, la noticia está llevando ya alegría a los corazones de todos los profesionales que están ahora, en este preciso momento luchando contra este virus que tanto daño ha provocado. No creo que nadie en este país, ni en el mundo, discuta que es uno de los reconocimientos más merecidos de la historia", señala en un comunicado.
En este sentido, ha realizado una "mención especial" para los enfermeros: "Hemos sido la profesión sanitaria más expuesta por nuestra cercanía a la hora de atender a los pacientes porque gran parte de nuestra labor, fundamentada en los cuidados, se desarrolla a pie de cama, en la asistencia y el seguimiento domiciliario y en las residencias sociosanitarias".
Pérez Raya ha reivindicado que los profesionales sanitarios "se han dejado la piel en esta pandemia", y ha recordado que "por el camino quedan mucho sufrimiento, decenas de miles de contagios y más de sesenta muertes de compañeros y compañeras".
"Este es un reconocimiento al esfuerzo titánico que han llevado a cabo doblando turnos, renunciando a descansos y a fines de semanas y festivos por no dejar ni un solo paciente sin atender. A esto hay que sumarle el hecho de tener que haber prestado la asistencia sin el material de seguridad adecuado, jugándose la vida al no estar lo suficientemente protegidos y sin tener acceso a los tests para confirmar posibles contagios. Tampoco podemos olvidar el miedo que han pasado al volver a casa con sus familias y sin saber si eran o no un foco de contagio. Lo hemos dado todo, como siempre hemos hecho", añade.
Por otra parte, denuncia que el déficit de enfermeros "ha causado grandes dificultades a la hora de prestar la atención sanitaria, hasta el punto de que han tenido que contratar estudiantes de Enfermería y jubilados". "Tenemos un 40 por ciento menos de enfermeros que la media europea y esto ha hecho que la sobrecarga asistencial, ya de por sí durísima en cualquier pandemia, en España haya sido insostenible, causando verdaderos estragos psicológicos en muchos profesionales", argumenta.
"De hecho, hemos tenido que poner a disposición de nuestros profesionales atención psicológica. Esperamos que los políticos, los gobiernos y las autoridades sanitarias tomen nota y corrijan los grandes errores cometidos para que un posible rebrote o una nueva amenaza no vuelva a tener el coste en sufrimiento y vidas que ha supuesto el COVID-19", ha señalado sin dejar de dar las gracias.