De no poder dormir al abrazo del preacuerdo: Sánchez vuelve a dejar atónitos a todos

  • Sánchez quiere un gobierno rotundamente progresista para lo que necesita la abstención de ERC

  • Sánchez ha vuelto a dar un giro: de no dormir con Podemos al Gobierno a pactar en 48 horas

  • Sánchez gana las elecciones e Iglesias sus sillones

No pudieron hacerlo en tres meses, pero sí en horas. No dan crédito los españoles al ver abrazados, sonrientes a un Sánchez e Iglesias que hasta este momento parecían incapaces de ponerse de acuerdo. "Si hubiera aceptado las exigencias de Pablo Iglesias hoy sería presidente del Gobierno. Pero sería un presidente que no dormiría, como el 95% de los españoles, incluidos votantes de Unidas Podemos". Palabra de Sánchez en una entrevista de La Sexta a mediados de septiembre.

"El planteamiento del gobierno de coalición que se hizo por Pablo Iglesias no es viable (...) quería tener dos gobiernos en uno". Decía entonces Sánchez que gobernar con Podemos era poco menos que un suicidio. Ahora un apretón de manos de poco más de un minuto. Podemos ya está cualificado, no habrá dos gobiernos en uno sino una fraternal unidad y una oportunidad histórica. Pelillos a la mar. Aunque la pregunta es ¿y para esto tanto circo?

Pedro Sánchez ha vuelto a sorprender a propios y extraños, aunque tendrá el Gobierno que propuso en su día al PSOE y que motivó su salida de la secretaría general. Porque ERC tendrá que abstenerse o Ciudadanos apoyar este pacto para que salga adelante. Sánchez, pues, ha dejado claro que desbloquear la situación no era tanto culpa del resto como de él mismo. De hecho, Casado dice que ni se ha enterado del acuerdo y Rivera ya no está ni se les espera. Así que el gran problema del acuerdo eran ellos. Sánchez e Iglesias y sus egos. En este pulso entre los dos, Sánchez ha ganado elecciones e Iglesias sillones. Nada menos que el de la vicepresidencia.

Porque en una meteórica reunión se ha logrado lo que tras las elecciones de abril parecía imposible. Solo 48 horas han sido necesarias para lograr el imposible. Ya dijo Carmen Calvo que una cosa era ser candidato y otra presidente. Sánchez vuelve a dejar a todos atónitos. Ni vetos, ni miedos. "No hay tiempo para más bloqueos ha señalado Sánchez".

Pasó de confirmar que los independentistas habían cometido un delito de rebelión a defender la sedición, pasó de decir que no podía dormir solo de pensar en un consejo de Ministros de Podemos a colocar a Iglesias en una más que posible vicepresidencia. Lastra ya dijo en su día que no podíamos dejar al volante a un Podemos que no sabía conducir. Y el presidente reiteró que necesitaba formar un gobierno capaz, sensato y que no quería dos gobiernos en uno. Todo ello se ha evaporado en solo 48 horas. Ahora parece que no es tiempo de reproches.

La situación es muy distinta a la del debate electoral en el que Pedro Sánchez negó a Iglesias varias veces que le suplicaba un gobierno de coalición. De hecho, la conclusión de todos los analistas era que los pactos serían más complejos que nunca.

Pero todo ha cambiado con unas elecciones en las que el PSOE no ha conseguido sus objetivos. Los detalles del acuerdo se conocerán poco a poco. Sánchez vende ahora que el proyecto es tan ilusionante que supera cualquier desencuentro, mientras que Iglesias ha señalado que "el Gobierno combinará la experiencia del PSOE con la valentía de Unidas Podemos".