Lo que queda claro en las últimas jornadas es que es el PSOE el que menos teme elecciones. Primero fue Iglesias con una propuesta de gobierno de coalición temporal que podía restringirse sin perder el apoyo para cuatro años al PSOE. Sánchez dijo no.
Y ahora ha sido Rivera en el que en un movimiento in extremis ha intentado frenar las elecciones en un claro gesto electoral, por el momento y las formas, implicando a un Casado pero anticipando en rueda de prensa sus ideas. Vistas las encuestas, Rivera empieza a temer las elecciones. Casado, por su parte, tranquilo porque lo peor ya pasó, ha prometido estudiar la propuesta aunque obviamente ha señalado que la respuesta la tiene Sánchez.
Pedro Sánchez, pues, ha dejado claro que los tres motivos que esgrime Rivera para optar por la abstención justifica que los españoles tengan que volver a votar y vuelve a dejar todo en el tejado de Rivera: no aceptar condiciones.
El Gobierno considera que ya está cumpliendo las condiciones que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, le pone para abstenerse y permitir su investidura, por lo que sigue reclamando a PP y Ciudadanos una "abstención técnica" para que permitan únicamente que el Ejecutivo eche a andar, sin comprometerse a ejercer de sostén parlamentario de Sánchez.
Tras el sorpresivo anuncio de Rivera, que ha citado esta tarde al PP para proponer entre los dos a Sánchez una abstención ligada a tres condiciones sobre Navarra, Cataluña y la economía, fuentes del Ejecutivo han indicado que las exigencias de Rivera no se basan en "razones objetivas".
"En Navarra hay un gobierno que defiende la Constitución, en Cataluña también el gobierno de España vela por el cumplimiento de la Constitución y queremos bajar los impuestos a la clase media", razonan las fuentes consultadas.
Y es que Rivera exige a Sánchez iniciar unas conversaciones para que "gobiernen Navarra Suma y el PSE en una coalición negociada y seria"; comprometerse a no indultar a los presos del 'procés'; poner en marcha una mesa para aplicar el 155 en Cataluña si no se acata la sentencia del 'procés' y garantizar que no subirá impuestos a las familias ni las cuotas a los autónomos.
Pero en el Ejecutivo cree que no se dan ninguna de estas tres razones en las que Rivera basa sus demandas, por lo que piensan que no hay motivo alguno que impida la abstención de Ciudadanos. "No hay pacto con Bildu ni lo habrá. El 155 se aplicaría si la situación constitucional lo requiere, como ya se hizo", abundan las fuentes, que recuerdan que no está en los planes del PSOE subir la presión fiscal sobre las clases medias y trabajadores.
De ahí que desde el Gobierno sigan invitando a PP y a Ciudadanos a que "desbloqueen" la investidura, petición que los dos partidos han rechazado de forma reiterada. Rivera incluso llegó a rechazar una invitación de Sánchez para una entrevista bilateral cuando el líder socialista ya tenía el encargo del Rey para intentar formar gobierno.