“El Gobierno está dispuesto a un acuerdo ya. Tiene absoluta disponibilidad, lo que no se puede hacer es mantener un bloqueo que dura ya dos años con visos de extenderse hasta los seis”. En estos términos se ha dirigido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al Partido Popular en un último (hasta ahora) intento de resolver por consenso la renovación del Consejo General del Poder Judicial.
Sánchez ha querido transmitir la idea de que el pacto es aún es posible. Incluso después de haber puesto en marcha a través de los grupos parlamentarios de PSOE y UP una iniciativa que busca, precisamente, la renovación sin necesidad de contar con el PP. Y ha insistido machaconamente desde Bruselas, donde se encontraba este jueves para asistir a un Consejo Europeo, en urgir al PP a “volver al sentido de Estado, que es el sentido común” y sentarse a negociar.
El discutido relevo de magistrados en el órgano de poder de los jueces ha arrasado con todo el resto de cuestiones habituales en este tipo de comparecencia. Ha sepultado la agenda europea y apenas ha habido preguntas no relacionadas con el asunto. La primera ha sido si el Gobierno español interpreta como un toque de atención que Bruselas haya dicho que estará vigilante sobre el proceso de relevo en la cúpula judicial española. Sánchez no ha dado a entender que lo vea así. Ni que le preocupen posibles repercusiones del pretendido cambio en el CGPJ con el reparto de los fondos de recuperación.
Se ha limitado a mostrar su “respeto absoluto” a lo que hayan podido decir las autoridades europeas. Ha aprovechado para recordar que en su último informe lo que, precisamente, se sugería desde Europa era la necesidad de proceder a la renovación de cargos en el órgano de poder de los jueces.
El presidente, que se ha exhibido con ganas de explayarse sobre esta cuestión sobre la que pivota la actualidad política española, se ha mostrado muy crítico con el hecho de que el PP haya trasladado a las instancias de poder de la Unión su recelo con el proyecto de cambiar la Ley del Poder Judicial.
Dice Sánchez que desde que se inició la pandemia, se ha visto el papel del PP en Europa. “Ha usado todo para tumbar al Gobierno”, ha afirmado, recordando el papel de los de Casado durante la negociación de los fondos de recuperación y cuando luego “pusieron en duda la capacidad de gestión y hablaron de supuesto nepotismo” en el reparto de dinero… “¡Y ahora esto!”, ha concluido. Así que lo de ahora, apunta, “no es nuevo. Forma parte de una estrategia de Casado que me parece un error, porque va contra los intereses del país”.
Para el presidente del Gobierno el problema que plantea Casado “tiene fácil solución”: negociar. Ahora bien, dice, lo que no puede el PP es “usar la ley para incumplir la constitución”. En la versión de Sánchez, la propuesta de los dos grupos parlamentarios, PSOE y Unidas Podemos, que han promovido la proposición de ley para renovar la composición del órgano de poder de los jueces, parte de esta premisa: “Si el PP usa la ley para bloquear la Constitución, el legislativo tiene la obligación de modificar la ley para que se cumpla la Constitución”.
La iniciativa se ha puesto en marcha esta misma semana, con gran polémica por el hecho de que permite renovar 12 de los 20 miembros por mayoría absoluta, en lugar de una de tres quintos como se exige hasta ahora. El presidente ha apuntado desde Bruselas, sin embargo, que la iniciativa de PSOE y Podemos “respeta la mayoría de tres quintos en primera votación”, y hace una salvaguarda para evitar el bloqueo”. Es esa segunda votación en la que valdría la mitad más uno, la que Sánchez ha dado en llamar “cláusula antibloqueo”.
A la vista de la insistencia con que ha urgido al PP a cambiar de postura, a Sánchez se le ha preguntado si el PP se sienta, él renunciaría a la iniciativa de renovación que está en marcha. Ha respondido que “por supuesto” quiere negociar. Y que es así desde hace dos años. Y ha evocado dos momentos en los que se estuvo a punto del acuerdo. Uno en 2018, “que el PP rompió unilateralmente”. Otro, en agosto de este mismo año, “el acuerdo al 99%”. Es el que se frustró por la filtración de un mensaje de watsapp de Casado a Sánchez en el que el líder del PP venía a reconocer que el pacto estaba así de cerca.
En su declarado ánimo de llegar a un acuerdo, “sobre las bases” del que casi se alcanza en agosto, Sánchez se ha mostrado dispuesto a concesiones. “Todas, y los interlocutores del PP lo saben”, ha afirmado, remitiéndose a las dos veces en las que hubo aproximación. “Si a la tercera va la vencida, bienvenida”, ha añadido el presidente que, en todo caso, ya advierte que si el PP exige de antemano la exclusión de Podemos es una muestra de “poca voluntad”.
“Sabe que este es un gobierno de coalición”, ha dicho, añadiendo unas palabras que inducen a pensar que hasta eso es revisable: “Bajo esa premisa, quien lidera esa negociación es el ministro de Justicia. No hay ministros del PSOE o Podemos. Lo tienen que negociar con el ministro de Justicia”.
Sobre un posible límite plazo para reabrir conversaciones, Sánchez ha evitado la concreción- “el legislativo decide”. Su intención, este viernes, era hacer ver que los avisos de Bruselas no le inquietan y, especialmente, insistir en la presión a Casado para forzar una solución pactada. Tanto es así que, cuando ya parecían agotadas las preguntas sobre el asunto, aún ha querido apuntalar sus largas respuestas con un mensaje final. “No es de recibo tener un poder judicial de 2011. Estamos en 2020 y hay unas mayorías distintas. Me parece necesaria la vuelta al sentido común. Si se es constitucionalista, se cumple del primero al último de los artículos. Animo a volver a la senda del acuerdo y del sentido de Estado”, ha dicho.