Si una imagen vale más que mil palabras, Sánchez está encantado con el adiós de Iglesias del Consejo de Ministros. Solo hay que ver la sonrisa que se esconde tras su mascarilla y que se ve en sus ojos, que ríen. Un día dijo que pactar con Pablo Iglesias le quitaría el sueño, pero las circunstancias obligaron el pacto. Hoy, con Iglesias candidato a la comunidad de Madrid podría interpretarse que Sánchez ha dormido mejor que meses antes. Y tras ver el CIS, más. Sánchez le saca 13 puntos al PP, es el más valorado e Iglesias sigue en su pozo, solo Abascal es peor visto por los españoles. Podemos sigue bajando. El asalto a los cielos es una quimera y se ha quedado en el asalto a Madrid, aunque en Vallecas no olviden.
Y en la última batalla entre los dos, Sánchez ha vuelto a ganar. Yolanda Díaz será vicepresidenta tercera del Gobierno y mantiene la cartera de Trabajo, tras la salida de Pablo Iglesias del Ejecutivo, según fuentes gubernamentales. De esta forma, Carmen Calvo será vicepresidenta primera, y Nadia Calviño, vicepresidenta segunda y ministra de Economía. Sánchez había ofrecido a Iglesias en una reunión mantenida esta mañana que Díaz no ostentase como él la Vicepresidencia Segunda, un extremo que según Podemos es una cuestión formal y no afecta al acuerdo global de gobierno que recogía que ocuparían dicha Vicepresidencia Segunda.
Así, subrayan fuentes gubernamentales, Ione Belarra asumirá el Ministerio de Derechos Sociales, con las mismas competencias que tenía Iglesias, y Yolanda Díaz mantiene el Ministerio de Trabajo y será vicepresidenta. Para Díaz, que será la cabeza visible de la coalición de Iglesias en el Gobierno, lo importante no era "ser el número dos o el número tres", sino continuar con el trabajo del día a día para sacar adelante sus políticas.
Fuentes socialistas del Gobierno han explicado que la sorpresiva salida de Iglesias para presentarse a los comicios en la Comunidad de Madrid deja paso a una ministra que ha mantenido en los últimos meses una muy buena disposición al entendimiento y, al margen de que habrá posturas distintas, confían en que será menos beligerante y se aminorarán las tensiones.
No obstante, fuentes socialistas, de hecho, apuntaban que chocaría el hecho de que Calviño estuviera en la tercera vicepresidencia, pero fuera ella la presidenta de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos si una de sus integrantes ocupaba una vicepresidencia superior.
Lo que está por ver es qué papel desempeñará ahora Iglesias desde fuera del Gobierno, pero la ministra portavoz ha apuntado hoy que no esperan modificaciones en la hoja de ruta del Gobierno de coalición y que existirá continuidad. También ha negado Montero que con la salida de Iglesias peligre el horizonte de intentar agotar la legislatura y ha dicho que, por el contrario, los socios del Gobierno están más convencidos que nunca de que deben seguir caminando juntos. "No esperamos ninguna relación distinta a la mantenida hasta la fecha", ha reiterado.
Respecto a la posibilidad de que el aún vicepresidente segundo tuviera intención de regresar al Gobierno, Montero ha señalado que ella sólo tiene constancia de su decisión de abandonar el Ejecutivo y que entiende que la habrá reflexionado