Sánchez, Casado, Rivera e Iglesias: si fueran CEO de una empresa su puesto correría peligro
"Si el futuro dependiera de los líderes empresariales te aseguro que se sentarían, hablarían y dialogarían"
Los políticos han fallado a sus accionistas, en este caso, los ciudadanos, sus votantes
Los peores pronósticos se confirmaron y los españoles irán a elecciones el 10 de noviembre. De nuevo. Y pese a que ya han dejado constancia de que no las desean bajo ningún concepto. Porque los votos sumaban y había alternativas. No quisieron ninguno de los cuatro líderes que podían hacerlo, Pedro Sánchez, Pablo Casado, Albert Rivera tender puentes. La pequeña política ganó a la grande y sus intereses a los generales. Todos han culpado al resto, ni una pizca de autocrítica.
No sorprende pues que los políticos sean considerados el segundo problema del país. La pregunta es si después de estos 142 días de circo mediático en una gran empresa estos hombres seguirían en su puesto o habrían sido despedido por no lograr sus objetivos y haber sabido trabajar en equipo ni servir a sus accionistas, en este caso, los cuidadanos. Informativos Telecinco pregunta a una experta en la materia, Pilar Llácer, experta en RRHH y gestión de talento y profesora en EAE Bussines School.
En un primer momento Pilar LLácer se pone en contexto: “Creo que están dentro de un marco que muchas veces es muy fácil de criticar. Si hablamos de los principales cabezas a nivel político, si trabajaran como CEO en una empresa privada claro que estarían despedidos. Si el futuro dependiera de los líderes empresariales te aseguro que se sentarían, hablarían y dialogarían. Además, fuera del espacio público que creo que es lo que ha perjudicado a las negociaciones”.
Llácer considera que “un partido político se debe a la gente y al país. Debería primar un criterio de decir qué es lo beneficioso para un país y mirar una situación más allá de un futuro cercano que decir qué es lo beneficioso para solamente un partido. Yo les encerraba 48 horas en una sala y no les dejaba salir hasta que hubiera un acuerdo de país consensuado”.
Eso por no hablar de las vacaciones, que se han tomado independientemente de las situación del país. “Todos los políticos han venido morenos. No puede ser que el mes de agosto estén de vacaciones, al igual que el resto que les critica también, cuando se tendría que haber adelantado todo el proceso". Es algo en lo que ha puesto también el dedo el Rey, que tiempo ha habido, según palabras de Iglesias. No puede ser tener un gobierno en funciones desde mayo y que no se decidan hasta ir a consulta con el rey cuatro meses después. Eso tiempos no son viables”, señala Llácer. Y el Rey, según ha confesado Iglesias, parece pensar lo mismo. No son formas, tan importantes en democracia.
Los estrategas
Llácer pone también el acento en la influencia de los estrategas de los políticos: "Hacen una labor impresionante. Es el arte de la guerra. Hay una estrategia por detrás de todo". Y a veces ese todo es ganar y por más ventaja. Y eso no es bueno para las instituciones que los políticos tienen que defender, provocando un hastío que da alas a los populismos. “Los ciudadanos estamos cansados de tanta historia. Estamos ante otra posible crisis. Ante un reto muy grande como el empleo y la educación. El coste de otras elecciones es enorme, esto no se habla y lo vamos a pagar todos. Necesitamos cierto norte o cierta toma de decisiones en estabilidad”.
Amando de Miguel, analista y economista también es crítico y ve el panorama sombrío. “La gestión del gobierno en funciones ha manifestado una gran incompetencia. Creo que es un problema de capacidades. Yo predije que no se iba a formar el gobierno y me llamaron pesimista. De hecho, creo que se harán nuevas elecciones y tampoco se podrá formar gobierno", vaticina.
“Las elecciones aquí no son como las de EEUU o Francia. No elegimos al presidente del gobierno. Es un problema porque elegimos a unos diputados que después se ponen de acuerdo o no, como vemos, para formar gobierno. En esa segunda fase no votamos”. Y ahí, claro es donde se necesitan políticos con mayúsculas, planes para un país y acuerdos.
“Reunirse es una obligación. No se pueden ir de vacaciones y no reunirse", coincide Amando de Miguel. Eso no puede ser. El Estado no puede funcionar sin un plan de gobierno. La palabra en funciones es muy bonita, pero en realidad es ‘en no funciones’, porque no se desarrolla la labor de presidente como tal”.
Pero Amando cree que lo peor puede estar por llegar. “Lo grave viene ahora porque, ¿Quién va a apoyar al PSOE? Se llevan a matar con Ciudadanos y Podemos. ¿Los independentistas catalanes? Cómo van a influir en el gobierno de España personas que se definen como no españoles, es una contradicción brutal”. Y no salva a nadie del teatro que hemos vivido hasta la fecha.
Como sociólogo Amanda también culpa a la sociedad. “La gente está interesada en fútbol. No le interesa apenas la política. La gente vota por inercia como una costumbre, como el desayunar. Hay que exigir un poco más a las personas que están en un cargo público. No se pueden hacer trampas”
“Lo de Rivera con Sánchez es puro teatro. Rivera lo ha hecho porque últimamente está bajando en las encuestas y sobre todo en la opinión. Busca un golpe de efecto. Es algo ingenuo pidiendo promesas", concluye. Los ciudadanos también ha sido ingenuos al pensar que los políticos se iban a poner de acuerdo. No lo han hecho. Y en una empresa habrían pagado las consecuencias.