El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha comparecido hoy junto a la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, para exponer los temas tratados en el Consejo Interterritorial, que básicamente, tal como ha resumido, se han dividido en las actualizaciones relativas a las restricciones impuestas, a las cuales todavía se les da margen para valora los efectos; la estrategia de vacunación covid a raíz de la “esperanzadora” vacuna Pfizer; y, por último, la decisión de exigir a los viajeros internacionales procedentes de países de riesgo una PCR negativa a partir del 23 de noviembre.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa ha querido iniciar su comparecencia ante los medios destacando la "tendencia a la baja de los datos a una estabilización, aunque ha llamado a mantener la guardia alta, y no durante poco sino durante un amplio período de tiempo. Un tiempo que va a exigir el compromiso de todos". En este sentido ha dejado claro que "en España se están tomando decisiones según la situación epidemiológica, con indicadores comunes en todo el país y dejando tiempo para ver el resultado".
Una de esas medidas es exigir a "partir del 23 de noviembre una prueba diagnóstica a quienes provenga de países de riesgo. Se exige a terceros países de más de 150 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días. La PCR se hace en el lugar de origen, 72 horas antes de llegar a España". Y "pediremos la colaboración de aerolíneas y compañías de barcos. Se hará desde origen y se pedirá que antes de entrar en los aviones y barcos se comprueba que se han hecho estas pruebas". Y eso pese a que desde el 1 de julio, los casos importados son un 0,08%. Además, las personas que no hayan cumplido esta medida tendrán que pasar esta prueba en el aeropuerto con la pertinente sanción. También se harán controles aleatorios.
Si son tan pocos ¿Por qué entonces esta medida? Illa lo ha justificado por el acuerdo alcanzado en Europa. "Los casos importados son pocos más de 4.000. Cuando hemos llegado a un acuerdo con los socios europeos desplegamos esta medida".
Illa ha vuelto a hablar del temido confinamiento domiciliario, que el Gobierno espera no tener que decretar. Parece, a tenor de sus palabras, que la presión de las CCAA al respecto ha bajado. "Sobre el confinamiento domiciliario ha habido tres o cuatro comunidades autónomas que han vuelto a decir que a su juicio hay que tener previsto el escenario. Nadie ha pedido el confinamiento domiciliario en estos momentos, han dicho que hay que tener previsto el escenario de que podamos llegar aquí. Nosotros, al respecto, hemos comenzado lo que ya ha explicado en varias ocasiones: hay una estrategia estatal, unos indicadores, unas actuaciones y un periodo evaluación de mínimo dos o tres semanas para que estas medidas hagan efecto. Y parece que los datos, dicho sea con la máxima prudencia, empiezan a confirmarnos no solo una estabilización sino una lenta mejora”.
Illa ha especificado respecto a la adquisición de vacunas que "España tiene cuatro acuerdos con empresas farmacéuticas. Hoy hemos llegado a un acuerdo con Pfizer para el suministro de 20 millones de dosis. Los consejeros tienen información de primera mano. Hay resultados prometedores, pero no hay que bajar la guardia".
Respecto a las dificultades de la vacuna Pfizer por la obligación de tenerla en frío extremo, el ministro ha dejado claro que "se está trabajando en qué orden de grupos se vacunará, la formación a los trabajadores sanitarios que tendrán que ponerla, la logística para conservarla, qué vacuna pondremos... Espero que en un periodo corto se puedan responder estas preguntas, siempre en línea de lo que se acuerde en Europa. Las vacunas tienen que ser conservadas a varias temperaturas. Una vez se comiencen a distribuir, hay un tiempo de espera. Se está trabajando en todo ello".