Rosa Canencia, 45 años como taquígrafa en el Congreso: "Faltan signos ortográficos para transcribir la intención de los políticos"

  • Le tocó trabajar en la jura del principe de Asturias y también en la proclamación como rey de Felipe VI

  • La taquígrafa, recién jubilada, asegura que las mascarillas les han dificultado el trabajo en los últimos tiempos

  • Recuerda las largas parrafadas de Felipe González, al que había que ponerle puntos para "no ahogarse"

Rosa María Canencia, estenotipista del Congreso recién jubilada. En su despedida, la semana pasada, se llevó 45 años de trabajo en las Cortes y un cariñoso aplauso de los diputados de la última comisión que cubría, la de Industria. Precisa, rigurosa y entusiasta, Rosa Mª llegó al Congreso con la democracia, en 1976. Desde entonces, y durante más de cuatro décadas, ha visto, oído y escrito de todo, incluidas comisiones secretas de las que no suelta prenda.

De frases para la Historia, al más sutil murmullo, aplauso o gesto. Todo ha quedado registrado en los Diarios de Sesiones para la posteridad. en los Diarios de Sesiones para la posteridad. Rosa recuerda con admiración nombres y discursos de otras épocas, pero reconoce a NIUS, sin un ápice de nostalgia, que "los políticos son hijos de su tiempo".

Pregunta: Tantos años trabajando en el Congreso y al final, el último día, terminó usted convirtiéndose en protagonista.

Respuesta: Sí (ríe). Fue casualidad y fruto de un momento. El diputado Jesús Postigos (PP) me cedió el paso y me preguntó si me iba. Le dije que no, que volvía a trabajar, pero que era mi último día porque me jubilaba. Supongo que preguntó mi nombre a los ujieres, y tuvo ese detalle de mencionarlo en la comisión. No me lo esperaba y me emocionó.

P.: Pero se confundió en el apellido.

R.: El diputado Postigos entendió Caneda en vez de Canencia, pero en el Diario de Sesiones ha salido escrito correctamente. Ese es nuestro trabajo: cotejar nombres, datos y asegurarnos de que son correctos.

P.: ¿Se equivocan mucho los políticos?

R.: A veces se trabucan y dicen alguna cosa que no es correcta en el fragor dialéctico. Hay más problemas de vocalización que de velocidad. (Las estenotipistas registran en su máquina una media de 6.000 pulsaciones en media hora). Ahora las mascarillas suponen una mayor dificultad. El gesto dice mucho y al estar la cara tapada, a veces, no sabes si lo que dice la persona es en positivo, o no.

"El gesto dice mucho y ahora las mascarillas suponen una mayor dificultad"

Nosotros no solo pasamos el lenguaje oral al escrito sino que hacemos una radiografía de toda la sesión, no de un instante –como el título del libro de Javier Cercas-. Estamos en el sitio y tenemos que contar todo lo que está pasando. Lo que se dice, lo que se escucha y lo que se ve. Eso es lo más difícil.

P.: Una radiografía complicada.

R.: Es un encaje de bolillos. Hay que fijarse si hay intencionalidad en lo que se dice. Cuando Vox dice "señora presidente", y le responden "señor diputada", hay que tener la chispa para ir más allá de la palabra y dejarlo sin corregir.

"Las taquígrafas del Congreso hacemos un encaje de bolillos complicado"

Hay veces que faltan signos ortográficos que plasmen la emoción o la intención del orador. Por ejemplo, los puntos suspensivos sirven, pero "pesan" poco. O cuando entonan una palabra de manera especial. En ocasiones, sus señorías dicen cosas que aún no recoge la Real Academia de la Lengua. En esos casos no lo corregimos y ponemos un apóstrofe. Y luego están las acotaciones que...

P.: La acotaciones son un campo minado. ¿Por qué?

R.: Las acotaciones en negrita son las palabras que no se han dicho en micrófono, pero que se han escuchado, o explican situaciones como cuando se levantan, llevan camisetas con lemas o sacan objetos. Hace unos meses, por ejemplo, sacaron unas naranjas. Son momentos que tienes que comprobar muy bien.Son momentos que tienes que comprobar muy bien. Se podría escribir un libro con las acotaciones que aparecen en los Diarios de Sesiones (ríe). No es fácil. Es lo más delicado.

"Se podría escribir un libro con las acotaciones que aparecen en los Diarios de Sesiones"

P.: ¿Y qué hacen cuando dudan?

R.: Preguntamos a las compañeras. "Oye. ¿Esto le ha salido al alguien?". O preguntamos al diputado para contrastar si se ha equivocado al citar el número de un artículo o de una cantidad o incluso algún concepto en el que nos parece que puede haber un error; o bien algo que no hemos entendido.

P.: ¿Alguna anécdota?

R.: Muchas, por ejemplo cuando a un diputado le entendimos: "En Europa se ha echado de menos a Ricoleta”. Y resultó que era Enrico Letta (el ex primer ministro italiano)

"A un diputado le entendimos "Ricoletta" y resultó que se refería a Enrico Letta (ex primer ministro italiano)"

P.:La tecnología ayuda ¿no es así?

R.: Google nos ahorra muchos paseos a la biblioteca del Congreso para comprobar nombres propios, títulos de libros, etc. Ahora escribes en Google lo que fonéticamente has oído y compruebas el nombre correcto. Lo mismo sucede con los acrónimos y con fechas de leyes o de cualquier otra cuestión.

Además están los vídeos y los sistemas de reconocimiento de voz ayudan al trabajo mecánico, aunque juegan malas pasadas y se pueden colar palabras inapropiadas. Un caso típico puede ser "enmienda", que te cambia la "n" por una "r" sin darte cuenta (ríe). Siempre te puede saltar un error. Trabajamos para evitarlo.

P.: ¿Algún político se le ha quejado?

R.: Sí, claro. No doy nombres. Un diputado puede alegar que no ha dicho lo que aparece escrito, o en una acotación. Entonces en el Diario de Sesiones siguiente aparecerá una correción de error, en la que consta lo que dijo y lo que dice que no dijo.

P.: Casi medio siglo en el Congreso. ¿Los políticos han cambiado mucho desde que usted comenzó?

R.: Todo ha cambiado mucho. El tono, la manera de hablar. Claro que los políticos son hijos de su tiempo. Recuerdo a Santiago Carrillo (líder del PCE) usando el verbo "ciscar" (ensuciar-defecar). Estaba diciendo lo más grueso usando un verbo ahora poco conocido. Era otro respeto. O Felipe González que hacía parrafadas larguísimas y sabías que había que ponerle algún punto para que quien lo leyera no se ahogara y lo comprendiera mejor. No leían tanto las intervenciones. Tenían otro bagaje: ni mejor ni peor.

Recuerda las largas parrafadas de Felipe González o cuando Carrillo empleó el verbo "ciscar"

P.:¿Y ahora?

R.: Bueno, ahora no se puede generalizar. Hay gente con muy buenos discursos y muy entrenada. La evolución de la lengua se ha notado en el Hemiciclo. Antes había una preparación jurídica muy alta, ahora hasta las réplicas se traen preparadas. Leen más. Quizás está más adornado por fuera pero con menos enjundia por dentro. Durante la Transición terminabas de trabajar y te subías a la tribuna porque iba a hablar alguien concreto. Ahora ya no.

"Durante la Transición te subías a la tribuna porque iba a hablar alguien concreto. Ahora ya no"

P.: Para estar tanto tiempo en esto, le tiene que gustar la política.

R.: Los libros sobre política y biografías de políticos son como el "Hola" para mí. Me interesa cómo se negocia y se llega a acuerdos. Ahora todo el mundo sabe mucho de política, pero nosotras escuchamos los argumentos de todos. Oímos a diez grupos parlamentarios hablar sobre un tema. Conocemos sus distintos argumentos. Eso no te lo da un periódico por muchos que leas.

P.: ¿Qué momentos recuerda con más cariño?

R.: Tuve la suerte de estar en momentos históricos como la jura de D. Felipe como príncipe de Asturias y también el día de su proclamación como rey.

P.: No todo será bonito, ¿no?

R.: Hay situaciones duras. Imagínate la comisión del 11M, con intervenciones como la de Pilar Manjón. ¡Cómo fue aquello!. Luego los debates de Presupuestos eran tediosos. Duraban dos semanas en comisión y otras dos en pleno con sesiones nocturnas. Había que cotejar las enmiendas. Una por una. Y eran más de 2.000.

P.: Y qué me dice de las comisiones secretas

R.: Se trabaja exactamente igual, pero esos textos no se publican en el Diario de Sesiones. Se entregan al presidente del Congreso y los signos que se toman se destruyen. Ha habido bastantes. Recuerdo asuntos como el aceite de colza,el caso Flick, y en Defensa,el Plan Estratégico Conjunto. La última, en el Pleno, sobre la petición de suplicatorio del Supremo para la señora Borràs.

P.: Y de eso ni palabra.

R.:Por supuesto.

P.:Claro que por el Congreso pasa mucha gente, no solo políticos.

R.: Hay gente preparadísima que viene a informar en las comisiones, por ejemplo, ahora en Calidad Democrática o en Seguridad Nacional. Recuerdo al doctor Dexeus debatiendo con el doctor Botella sobre fecundación in-vitro hace muchos años. O bien en Dependencia, en Educación o en Pacto de Toledo donde se ha escuchado a representantes de asociaciones de la sociedad civil contar sus experiencias y esperanzas. ¡La labor que hacen!,

P.: Hay muchas cosas que no se cuentan.

R.: Sí, el martes hubo un acto precioso. Un homenaje a Landelino Lavilla (expresidente del Congreso) que falleció en plena pandemia y no se le ha podido rendir homenaje hasta ahora. Presidió la presidenta del Congreso y, entre otros, asistieron y tomaron la palabra María Teresa Fernández de la Vega y Miguel Herrero de Miñón, quien habló sin ningún papel. Todos ellos pronunciaron discurso magníficos. No lo vi en ningún telediario.