Rocío Monasterio es la candidata de Vox a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Hoy ha estado en Informativos Telecinco cara a cara con Pedro Piqueras. Vox lucha en estas elecciones por intentar no quedar fuera de la Asamblea de Madrid y lograr el 5% de los votos, algo que incluso podría ayudar a Ayuso, que necesita al partido de Abascal (si quiere gobernar si no logra mayoría absoluta y Ciudadanos decide vengar la caída de Aguado) que va a hacer campaña que cobra - con Pablo Iglesias de candidato y Ayuso como estrella del PP- un sentido nacional.
Vox ya ha mostrado su apoyo a Ayuso, ¿significa eso que tiran la toalla antes de empezar?, ha preguntado Piqueras. "Mi partido lo que ha anunciado es que vamos a ser claves para frenar la entrada de la izquierda que nos arruina. Venimos a dar respuestas. Vemos a los políticos hablando de cosas que no tienen que ver con los madrileños, que les preocupan los ERTE, el paro y ven un circo mediático que no da respuestas. No oigo al PP de la inseguridad en Madrid, en Bazán en San Blas". Monasterio ha defendido que Vox no es partido de eslóganes y que habla como lo hacen los españoles en cenas. De nuevo, ha identificado a su partido, no es la primera vez, con la España que madruga. Y ha atacado el gasto del dinero en impuestos en violencia de género o en el cambio climático, centrándose en la agenda 2030. Cree Monasterio que la situación de crisis obliga a gastar el dinero en otras cuestionen que preocupan a la gente de la calle.
No han faltado en la entrevista la referencia a las fiestas, la gran polémica de un Madrid siempre rodeado de polémica. Como ha señalado Piqueras, los científicos piden medidas mucho más duras - Sanidad no acaba de dar el paso para tomarlas y habla de una cuarta olita si cumplimos las medidas- y muchas personas no dan crédito a la cantidad de gente que hay en terrazas, y restaurantes y la poca distancia o las fiestas ilegales.
A eso se suma los jóvenes franceses que vienen a Madrid y que dicen que aquí pueden hacer lo que no pueden en sus países mientras los españoles se quedan sin Semana Santa. Monasterio apuesta por "hacer test, por controlar el virus. Si el problema no es que vengan franceses hay que agradecerles que vengan de eso vive mucha gente, comerciantes, empleos. Hay que evitar aglomeraciones. No se pueden tomar medidas contradictorias. ¿Por qué no podemos ver a nuestras familias en otros lugares con menos densidad de población? Hay que dejar de arruinar a miles de españoles, sin esperanza en encontrar un trabajo. A eso tenemos que dar respuesta".
Monasterio no está de acuerdo en que las medidas cambien según la CCAA en la que se viva. Y ha recordado una anécdota. Que un socialista le dijo que había que coordinar las medidas en Sanidad y educación y yo le dije Bienvenido a Vox. Respecto a Sánchez e Iglesias, Monasterio está segura de que "los españoles tienen que saber que lo que más le duele al gobierno socialcomunista es el voto a Vox. Nosotros no engañamos, pueden no estar de acuerdo, pero cumplimos". Piqueras ha reincido en la dificultad de los periodistas con Vox, algunos medios incluso vetados. Monasterio ha señalado que permitirán a los medios preguntar sin interferencias.
Trump, también ha tomado protagonismo, no en vano, Monasterio ha dicho en más de una ocasión que ella le habría votado. Los lazos entre el trumpismo y Vox siempre han estado ahí con la influencia de Steve Bannon en el aire. Y algunas de las posturas de Vox sí se asemejan a las de Trump, en temas como la inmigración y la economía. "Vox es único. Otros países nos llaman para preguntar cómo hemos armado el discurso ideológico. Hay una agenda que nos pretende decir cómo debemos educar a los hijos, es como la agenda 2030. Los totalitarios solo saben de imposición. Vox habla como se habla en las casas de los españoles, que están hartos de que los políticos les digan lo que pueden hacer, o de pagar impuestos para que ellos se coloquen".
No ha olvidado Piqueras recordar que Casado fue duro con Vox en el Congreso, en un alegato en el que marcó distancias. Abascal siempre ha considerado al actual PP la derechita cobarde. "Casado es el jefe de Ayuso. Nosotros pedimos una bajada de impuestos inmediata y Ayuso no quiso. Pero hay temas en los que nos pondremos de acuerdo". Respecto a quién se iría a tomar un aperitivo, Monasterio ha dejado claro que no tienen amigos en política porque "nos han hecho un cordón sanitario. Lo que sí tengo es amigos de izquierda que quieren votar a Vox". Y ha dejado otra perla, Vox no es un partido extremo, sino de extrema necesidad.