Los reyes Felipe y Letizia, acompañados de sus dos hijas, Leonor, la princesa de Asturias, y la Infanta Sofía, han llegado a Compostela, en el Día de Galicia, para presidir la ofrenda al Apóstol en este doble Año Santo por concesión papal.
Los monarcas han accedido a la plaza del Obradoiro después de las doce del mediodía bajo un cielo nublado acompañados por la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño.
Han saludado a la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz; al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; al presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; al delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones; al presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices; al alcalde de la ciudad, Xosé Sánchez Bugallo, y al jefe del Estado Mayor de la Defensa, el almirante general Teodoro López Calderón.
Don Felipe ha pasado revista a la compañía de honores de la Brilat y a una sección de Infantería de Marina de Ferrol. Al Obradoiro han acudido dos centenares de personas, manteniendo las distancias de seguridad, que han hecho cola desde primera hora de la mañana y han gritado: "Viva el rey".
La reina Letizia lleva un vestido de gasa estampado de color claro de manga larga, Leonor un vestido corto de color fucsia y Sofía un vestido corto de verde agua marina.
El rey Felipe VI ha reivindicado a la Corona como "puente entre pasado, presente y futuro" que simboliza la "continuidad" de la "comunidad política, cultural y humana" que es España, a la que ha definido también como una "nación vinculada por pasado, presente y futuro".
En su discurso de la tradicional Ofrenda al Apóstol en este domingo 25 de julio, el monarca ha ensalzado la figura de Santiago, patrón de España, como símbolo de "la unidad". "Alrededor de él, como en los abrazos que le dedican los peregrinos, se unió España y se unió Europa", ha agregado, en la parte de su intervención realizada en gallego.
Precisamente, Felipe VI ha ensalzado las "lenguas y culturas" de España, a las que concibe como una "obra colectiva en la que los sueños de muchos antepasados se plasmaron en una convivencia democrática".
Ante el resto de miembros de la familia real --aparte de la reina Letizia, han asistido a la ceremonia, y por primera vez, la princesa Leonor y la infanta Sofía-- y las autoridades, el monarca ha apelado en su discurso a los diversos caminos de Santiago, que "han sido siempre expresión del deseo y la voluntad de formar una comunidad".
El rey también ha tenido palabras para abordar la crisis sanitaria de la covid-19: "Una de las experiencias más duras que guardamos en una memoria". "En muy poco tiempo nos vimos inmersos en una situación desconocida que ha cambiado hábitos, costumbres y rutinas y, sobre todo, que ha llevado al corazón de muchas personas temores, incertidumbres, preocupaciones y, en muchas ocasiones, tristemente, un profundo dolor por quienes nos dejaron".
Por eso, en momentos como este, Felipe VI ve "imprescindible" tener "faros que alumbren y que marquen la dirección en la oscuridad". Uno de ellos, ha dicho, lo representan "los ciudadanos que, con su solidaridad y entrega, con un gran sentido cívico, volcaron todos los esfuerzos ayudando a sus semejantes".
En este contexto, ha apelado "a la protección del Apóstol" con "el ruego de que nos ayude a mantener viva la esperanza de recuperar la normalidad". "Quiero reiterar en esta Ofrenda el orgullo y el respeto que, como español, siento por nuestro pueblo, por su determinación para superar definitivamente esta situación, por su voluntad para seguir construyendo el futuro que merecen nuestros ciudadanos", ha recalcado.
Además, el jefe de Estado ha ensalzado la "cultura xacobea que inspira desde Galicia la unidad de España, su cohesión y su progreso", y ha reivindicado el "proyecto europeo", que "irradia ahora un mensaje que debe ser atendido": "Nos dice que los pueblos se construyen sobre su personalidad y también sobre lo que tienen en común con otros pueblos, con ese sentimiento de fraternidad". Ambos son "pilares" para "afrontar retos como el actual".
Con respecto a la Corona, representada este 25 de julio por la familia real al completo, el rey ha asegurado que "simboliza su carácter de puente" entre "pasado, presente y futuro". "La Corona, que estuvo en los inicios de la tradición del Camino en la lejana Edad Media, impulsa los valores de la cultura xacobea con la mirada puesta en ese porvenir", ha incidido.
"Hoy, Día de Santiago, en un nuevo Año Santo Compostelano, le pedimos ayuda al Santo Patrón de Galicia y de España para cultivar sin descanso esos principios, para cimentar los caminos de unidad, solidaridad y concordia que aseguran nuestra convivencia en democracia y libertad", ha concluido el monarca.
Los reyes mantendrán una intensa agenda institucional en la Comunidad. La primera parada, según la agenda remitida, es en la Catedral, donde cumplirán con la ofrenda al Apóstol. Se trata de una costumbre que la Corona mantiene desde 1643 y que el Rey defiende, en nombre del país, en los Años Jacobeos.
Después de este acto de marcado carácter religioso, a las cinco de la tarde, en el Hostal de los Reyes Católicos, se reunirá, casi dos décadas después, el Real Patronato de Santiago, bajo la presidencia del monarca y con intervenciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; del jefe del Ejecutivo gallego y del regidor compostelano.
La jornada tendrá su broche final en la Ciudad de la Cultura, donde a las siete menos cuarto está previsto que comience la ceremonia de entrega de la Medalla de Oro de Galicia, que en esta ocasión recaerá en el personal del dispositivo de vacunación contra la covid-19.