La resaca tras una noche de furia y fuego: miedo en los turistas, enfado en los comedios y 320.000€ en pérdidas
La indignación entre los ciudadanos, los comerciantes y los turistas crece
51 personas fueron detenidas y hubo un total de 150 heridos
Los comerciantes temen un impacto en las ventas y se levantan limpiando sus locales
Los costes de los destrozos de la noche de furia y de fuego que ha sufrido Barcelona pueden costar alrededor de 320.000 euros, según el propio Ayuntamiento de Barcelona. La mañana ha sido dura para muchos catalanes que han tenido que desayunar e ir al trabajo entre basura, contenedores quemados y una ciudad que despertaba de una batalla campal.
Muchas calles de la ciudad condal han tenido que permanecer cortadas en plena hora punta, mientras que los operarios de limpieza intentaban arreglar los destrozos que dejó la noche de ayer. Un total de 250 contenedores fueron quemados en sólo dos kilómetros cuadrados y se hicieron un total de 157 barricadas. Las imágenes de ayer desde el cielo de Barcelona eran devastadoras.
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A las calles cortadas hay que sumarle las manifestaciones y protestas de hoy. El día a día se ha convertido en un suplicio y la tensión se palpa en la calle donde el agua a presión se ha convertido en un acompañante común, así como los cláxones que suenan histéricos. Son muchos también los que han sufrido los daños colaterales de las protestas en sus propios negocios, que ahora tienen que limpiar a mano.
Desde el Govern de la Generalitat no se han pronunciado sobre los actos violentos que se sucedieron durante toda la noche de ayer. No solo por la quema de materiales públicos cuya reposición costará más de 300.000 euros a la ciudad de Barcelona, también por las agresiones a ciudadanos que intentaban apagar los incendios provocados por algunos manifestantes.
Entre estas duras imágenes destaca la paliza que recibió un hombre por parte de cinco manifestantes cuando intentaba apagar con un extintor un contenedor que estaba siendo quemado. También la de la mujer que quitó a un joven de las manos una señal de tráfico que iba a quemar, ella era una de las asistentes a la manifestación pero abogaba por una protesta pacífica.
Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, solicitaba hoy esto mismo, manifestando que "ayer vimos unos incendios que no se pueden volver a repetir". Además se mostraba muy crítica con Torra, ya que decía ver "un Govern donde el Presidente parece más activista que Presidente".
Desde los comercios también se mostraban muy críticos con los actos violentos que sufrió ayer la ciudad condal. El Presidente de la Asociación de Comerciantes Paseo de Gracia, Luis Sanz, alertaba de las consecuencias de estos actos, "tendrían que ser conscientes del daño que está produciendo a la imagen de Barcelona y al turismo". Una turista declaraba hoy en Barcelona sentirse "espantada".
Sin embargo, a pesar de la quema masiva de material público, las agresiones, las cargas policiales, los 51 detenidos y los más de 150 heridos los CDR han emitido un comunicado donde señalan que "la única violencia ha sido la de los Mossos y la Policía Nacional". Mientras, desde Moncloa aseguran que este es un movimiento destinado a romper la convivencia en la Comunidad.
Además, los CDR aseguran que "se ha iniciado un camino de no retorno", un camino que empezó tras la sentencia del procés, que "encendió una chispa" que se ha convertido en "llama" tras las fuertes cargas policiales. Piden a los ciudadanos que continúen con las movilizaciones y que estas sean "permanentes" y con un mismo fin, pelear "por la independencia desde todos los frentes y maneras posibles".
Todo sea por el procés, que obliga a una portavoz de la Generalitat a decir que los Mossos actúan para defender a los manifestantes violentos de la cárcel, ver para creer. Las consecuencias de las barricadas, el caos de circulación en la ciudad y la suciedad. Y unos comerciantes que temen un impacto en las ventas, que vendrá. Eso, y el miedo de los turistas que se pensarán muy mucho volver a Barcelona a pasar una vacaciones.