Alberto Ruiz-Gallardón no ha querido hablar este martes de su posible dimisión ante una inminente retirada de la ley del aborto, que él ha defendido contra viento y marea. El ministro se ha escudado en que ahora mismo todo su tiempo está ocupado con el desafío soberanista catalán, y aplaza cualquier decisión a la semana que viene. Gallardón espera un gesto del presidente Rajoy que evite su quema, mientras sus compañeros de partido le advierten de que su dimisión pondría en riesgo uno de los principales valores del Gobierno: la estabilidad institucional en un momento muy delicado y esgrimen encuestas que aseguran que el 80% de los votantes del PP están en contra de su reforma. No es la primera vez que el ministro amaga con dimitir.