Felipe Lagarejo, miembro del Grupo de Intervención Psicológica de Emergencias, está dando asistencia a los vecinos de La Palma que están desalojados en los pabellones por la erupción volcánica que ha azotado a la isla canaria en la última semana. En estos momentos, los psicólogos forman un papel fundamental ya que prestan ayuda y servicio a todos los afectados por la erupción volcánica. Alba Lago ha entrevistado a este profesional de la psicología para conocer cómo se encuentran todos aquellos desalojados.
-¿Cuál es la situación y cómo están reaccionando los afectados?: La situación dentro de los peligrosos de todo esto es de normalidad. La verdad es que hay que felicitar a la sociedad palmera porque han tenido un comportamiento extremadamente correcto, de una solidaridad tremenda. En cuanto a nuestro trabajo, nosotros no podemos devolverles nada pero sí que podemos dejarle un trocito de nuestro corazón, de nuestros abrazos y de nuestra experiencia para que cuanto antes puedan recuperarse, puedan pasar esa fase de duelo y puedan ir volviendo a esa normalidad entre comillas.
-Imaginamos que la incertidumbre es el peor enemigo, ¿Cómo se afronta?: Sí, la incertidumbre lo es porque una persona necesita certezas. Cuando el cerebro ya sabe lo que ha pasado a partir de ahí empieza a reaccionar a una fase de duelo que es la que inexorablemente tiene que pasar todo el mundo. Cuando hay esa incertidumbre y no se sabe... no se puede iniciar esa fase de duelo. Entonces ahí si cabe aún más está nuestro trabajo y la entereza para sostenerlos hasta que puedan recuperar ese pequeño control que les hace falta para organizar su vida, su mente y su corazón.
-¿Los afectados necesitarán asistencia a largo plazo?: Sí, yo creo que la asistencia psicológica siempre es buena, siempre es bueno que haya un profesional que esté ahí para apoyarte, para orientarte. Hay gente que tienen alucinaciones. Aquí se producen unas emociones terribles pero también tan bonitas como, por ejemplo, una señora que me acabo de encontrar de setenta y pico de años que me ha dado una lección porque lo ha perdido todo y la veías con una entereza y una positividad y le digo 'señora, '¿de dónde puede sacar tanta fuerza?' y me ha dicho 'hijo, creo en Dios' y le he pedido un abrazo para que me reconfortara y me trasmitiese esa paz.
-Entonces ahora de manera inmediata un abrazo es la mejor terapia para todos los afectados: Sí, nos parecerá absurdo pero aquí en este mundo mágico de las emociones es lo único que podemos darles.
-¿Hasta cuándo se van a quedar en La Palma?: Lo que haga falta. Tendremos que marcharnos porque, obviamente, tenemos nuestras limitaciones pero otras personas vendrán con el corazón más grande todavía y cuánto más ruja el volcán, más grande hará nuestro corazón para estar con esas personas que no tienen nada.