Prohíben apoyarse en las columnas para contemplar la Catedral de Santiago
El deterioro de las columnas del pazo de Raxoi obliga al Ayuntamiento a prohibir apoyarse en ellas
Es la posición preferida de peregrinos o turistas para admirar la fachada de la Catedral de Santiago
Se han colocado carteles e instalado cámaras para disuadir a los visitantes
Una de las escenas más típicas de la plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela es la de los peregrinos, sentados en el suelo y apoyados en los pilares de la fachada del pazo de Raxoi, descansando de la dureza del camino y observando, desde la mejor perspectiva posible, la Catedral. Una imagen que tiene los días contados, por la nueva prohibición del ayuntamiento de la ciudad.
Y es que, siglos y siglos de peregrinos y viajeros realizando este inofensivo gesto han dejado huella en las piedras centenarias de los sillares del pazo de Raxoi. Las columnas están seriamente deterioradas en la parte posterior, justo donde apoyan sus cansadas espaldas cientos de peregrinos y turistas. Por eso el Ayuntamiento ha prohibido esta práctica de manera expresa. Para ello, ha colocado carteles donde advierten, en varios idiomas, de la prohibición a los visitantes de la plaza del Obradoiro.
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Las columnas esperan ahora unos trabajos de rehabilitación que las devuelva a su estado original y que evite el acelerado deterioro de su revestimiento. Pero mientras llegan esos trabajos de restauración, el Ayuntamiento de la ciudad quiere frenar el desgaste con estas medidas. A los carteles que informa de la prohibición se suma la instalación de una cámara de seguridad para "controlar la situación", que parece que solo tiene un carácter disuasorio.
Una prohibición con muy poco efecto
El Concello de Santiago puso en marcha la prohibición de apoyarse en las columnas del pazo de Raxoi en la jornada del miércoles pasado pero, tan solo dos días después, parece que la prohibición no ha causado ningún efecto, según informa La Voz de Galicia. A pesar de la colocación de carteles advirtiendo de la prohibición y de la instalación de una cámara de seguridad en la zona, las imágenes de turistas o peregrinos sentados y apoyados en los sillares sigue siendo la habitual.
Los carteles, instalados en los soportales de la sede del Ayuntamiento de Santiago, pasan desapercibidos para la mayoría de visitantes que se apoyan en la parte exterior de las columnas. Además, la Policía Local tampoco persigue este comportamiento y ni siquiera advierte a los visitantes sobre ello.