Así se ha expresado en el acto de toma de posesión de su equipo de gobierno, en el salón Sant Jordi del Palau de la Generalitat, dos días después de tomar él posesión de su cargo en este escenario.

Tras haber prometido en campaña que llamaría a la puerta de personalidades de gran valía profesional, militaran o no en CiU, para que se integraran en su gobierno, Mas ha conseguido formar un ejecutivo heterogéneo.

Hay cuatro especialistas en su materia no vinculados al aparato de ningún partido: Andreu Mas-Colell (Economía y Conocimiento), Boi Ruiz (Salud), Pilar Fernández Bozal (Justicia) y Francesc Xavier Mena (Empresa y Empleo).

También figura un destacado ex conseller socialista -Ferran Mascarell para Cultura-, cuatro dirigentes de Convergència -Felip Puig para Interior, Irene Rigau para Enseñanza, Josep Lluís Cleries para Bienestar Social y Familia y Lluís Recoder para Territorio y Sostenibilidad- y dos de Unió, que son Joana Ortega, vicepresidenta y titular de Gobernación y Relaciones Institucionales, y Josep Maria Pelegrí, titular de Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Natural.

"Es un gobierno que traspasa las fronteras de los partidos políticos, que tiene amplitud y apertura de miras, que integra a sensibilidades diversas que se mueven en el mundo del catalanismo", ha remarcado Mas, "especialmente satisfecho" con esta composición.

Se trata, a su juicio, de un "gobierno de todos los ciudadanos de Cataluña" y no sólo de los que votaron a CiU.

"Éste es un gobierno y un presidente que necesitan ser ayudados y quieren ser ayudados", ha subrayado Mas, que ha recordado que piensa crear tres consejos asesores, con presencia de expertos en el ramo, para orientar su rumbo en economía, sanidad y políticas sociales.

Mas ha reconocido que el apelativo de "gobierno de los mejores" es una apreciación "subjetiva", pero sí puede afirmarse que es un Govern "de alta experiencia y de muy alta calidad profesional": "El país puede estar contento", ha remachado.

El Govern deberá hacer frente al reto de "levantar Cataluña" y sacarla de la crisis y no le espera una tarea sencilla, ha admitido.

Para resumirlo gráficamente, Mas ha recurrido una vez más a un símil náutico: "No tendremos una navegación fácil. Espero que no os mareéis en esta navegación, que será un poco movida. Entre todos hemos de llevar este barco a buen puerto, aunque tengamos mar movida, vientos fuertes y olas altas".

A bordo, ha recordado, navegan "los 7,5 millones de catalanes", a quienes este ejecutivo "debe demostrar su eficiencia y austeridad".

No ha escondido que tendrán una dificultad añadida, como es el enorme "endeudamiento" de la Generalitat: "Con menos dinero, hemos de hacer más y mejor", ha señalado Mas, que ha abogado por desplegar una buena política comunicativa para explicar la acción de gobierno.

Además de darles la enhorabuena por asumir el cargo de conseller, Mas les ha agradecido su disposición a arremangarse, en un contexto tan delicado, y ha pedido a sus familias que comprendan que a partir de ahora los consellers "son un poco menos vuestros y más de todos".

Antes de su discurso, los consellers han prometido uno a uno su cargo; la primera en hacerlo ha sido la vicepresidenta Joana Ortega.

Ella y la consellera de Justicia, Pilar Fernández Bozal, han sido las únicas en prometer su cargo "con la ayuda de Dios"; el resto han respondido con un escueto "sí, lo prometo" a la pregunta rutinaria del presidente catalán: "¿Prometéis cumplir fielmente, de acuerdo con la ley, las obligaciones del cargo que asumís al servicio de Cataluña y con lealtad al presidente de la Generalitat?".

Sólo Boi Ruiz ha apostillado que lo prometía "por su honor".

Tras el acto solemne, los once consellers han posado con Mas en la galería gótica de Palau para la foto de familia, a la que se han sumado el secretario de Govern, Germà Gordó, y el secretario general de Presidencia y portavoz del ejecutivo, Francesc Homs, antes de celebrar su primera reunión e iniciar el traspaso de carteras.