Lejos de sacar ventaja de la delicada situación de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Podemos se enreda de nuevo en cuestiones de partido. El motivo del conflicto: la elaboración de las listas para las primarias. Los errejonistas denuncian que nunca se ha elegido en votaciones separadas en el tiempo al candidato y a las listas, y aseguran que -como refleja el acta de la reunión del Consejo Ciudadano Autonómico del 11 de abril- no se acordó hacerlo así tampoco en esta ocasión. Pablistas y anticapitalistas avalan la versión dada por el secretario general de Podemos en la comunidad, Ramón Espinar (y afín a Iglesias) de que en ese consejo se votó celebrar las primarias en “dos tiempos”. En juego está la posibilidad de que Íñigo Errejón, el candidato preferido de pablistas y errejonistas (en eso sí están de acuerdo…) pueda confeccionar una lista con su equipo, o este le venga impuesto por la mayoría pablista de la dirección madrileña. El caso es que las tensiones entre pablistas, errejonistas y anticapitalistas, han conseguido lo contrario de lo que pretendían: sacar el foco de Cristina Cifuentes, y colocarlo sobre sus luchas de poder.