Pedro Sánchez presentará los Presupuestos en enero tras la debacle andaluza. Se trata de un nuevo giro en un gobierno que había amagado hasta ahora con todas las opciones. Ya está claro, Sánchez intentará aprobar los Presupuestos aunque a día de hoy encontrar apoyos es tarea compleja.
No ha querido el presidente especular con unas elecciones si no son aprobados, pero ha sido el primer mensaje en la entrevista en Telecinco con Pedro Piqueras. "Si el poder legislativo los rechaza deberán responder ante los ciudadanos a los que se les impide tener unos presupuestos que necesitan", ha sido la respuesta del presidente ante insistencia de Piqueras de conocer si su rechazo podría provocar la convocatoria de elecciones. O lo que es lo mismo, Sánchez es partidario de seguir en la Moncloa el mayor tiempo posible y ha tomado la determinación de alargar los tiempos tras los resultados electorales en el fortín del PSOE.
El Consejo de Ministros de este viernes presentará, además, un plan de empleo juvenil de 2.000 millones para bajar la tasa de desempleo joven.
El Rey y su inviolabilidad ha sido otra piedra de toque de la entrevista de Pedro Sánchez con Pedro Piqueras en Telecinco. El Gobierno había puesto encima de la mesa limitar su inviolabilidad, algo con lo que el presidente cree que estaría de acuerdo el propio Felipe VI. De hecho ha dejado caer que el tema lo han hablado entre ambos ya.
El presidente, preguntado por esta cuestión, puesta en duda por la ministra de Justicia, Dolores Delgado, al considerar que no estaba en el plan de aforamientos, ha señalado que es "partidario de limitar la inviolabilidad del Rey y lo he hablado con él".
Ha querido en este punto Sánchez hacer una defensa de las cualidades de Felipe VI atacado en los últimos tiempos por algunos de sus socios de Gobierno. "Tenemos un jefe del Estado contemporáneo que ha asumido de una manera muy acertada y certera la lucha contra el cambio climático, la igualdad, la unidad territorial...", y cuando hemos hablado de la reforma constitucional sobre los aforamientos en cuanto al Rey hablamos de una reforma agravada. Pese a todo Sánchez cree que el Rey ha dejado caer que no tendría inconveniente.
"Soy sobretodo presidente del Gobierno", y lo que deseo es "recuperar la confianza de los votantes que se han quedado en casa", ha señalado Sánchez ante la debacle de las elecciones andaluzas. Escasa autocrítica. "Me preocupa la estabilidad y gobernabilidad de Andalucía", ha recalcado sin incidir más en la herida. De hecho ha puesto por encima su papel como presidente a la secretaría general del PSOE.
Más que un pero a Susana, el presidente ha lanzado sus dardos a Pablo Casado, nuevo líder del PP, al que parece dejar un escalón por debajo de Rajoy. "La fragilidad del PP ha sido clave para el surgimiento de Vox", según el presidente. Sánchez ha insistido en la idea de que el centro derecha será el que sufra con Vox porque "desaparecerá esa derecha que conocemos". Advierte el presidente a sus rivales políticos que caerán en la radicalidad y lo pagarán. "Nosotros queremos hablar de una relación humanista con la inmigración, de una Europa fuerte" ha destacado en relación a este tema, central en Vox.
En cuanto al tema de la inmigración, una de las bases del éxito de Vox por su dureza en este tema, el presidente ha señalado que "puede explicar una parte de su resultado electoral, pero creo que es un voto de protesta y creo que es un error insultar a los votantes de Vox. Hay que combatir sus políticas y a sus políticos y decir a sus votantes que ante los problemas que ellos sufren como son la desigualdad, el miedo... la solución está en consolidar derechos y libertades, no en poner en cuestión el aborto, la lucha contra la violencia de género, o la cobertura sanitaria. Lo que hay que hacer es movilizarse y no radicalizarse", ha sentenciado.
Sánchez ha querido atacar a la derecha, deseosa de formar gobierno en Andalucía tras casi 40 años de Gobierno socialista. "Hay líderes con cuajo que no pactan con estos partidos como Merkel, pero aquí las dos derechas quieren pactar con ellos, y eso lo tomarán en cuenta los españoles".
Sánchez, que se proclama antifascista, cree que hay que apostar por una sociedad que no deje a nadie atrás, que defienda subir el SMI a 200 euros, que defienda a los que tienen menos recursos, "mi hija va a un colegio público", ha puesto a modo de ejemplo.
También quiere Sánchez una Europa fuerte. "Los repliegues de la ultraderecha como los de Le Pen en Francia son lo contrario. Pero PP y C's dejan sus principios en segundo lugar para hacerse con la Junta de Andalucía", ha reiterado.
Respecto a la exhumación de los restos de Franco tras la decisión del Supremo de admitir el recurso de la familia del dictador, el presidente considera que "se llevará a cabo y no se producirá en la Almudena. En el 2019 vamos a hacer algo importante, lanzaremos un mensaje de democracia".
No cree Sánchez que "la exhumación haya fomentado la ultraderecha, porque siempre ha existido, pero el problema es que el liderazgo del PP es débil. Ahora Abascal es un referente que no encuentra esa gente en Pablo Casado. Otros líderes tuvieron la virtud de acoplar y moderar. Por eso me llama la atención que Casado celebrara los resultados de las elecciones". A Rivera le espera intentando explicar a Macron su apoyo a un partido similar al de Le Pen en España, ha lanzado como aviso a navegantes.
En cuanto a Cataluña, Sánchez se ha mostrado más preocupado por "la falta de soluciones" que por el enfrentamiento social, pese a ver en directo los insultos a Valls. Solo ha mencionado que Rivera debería escucharle. En este sentido, ha vuelto a cargar contra sus rivales políticos manifestando que "el PSOE no tiene una oposición leal sino desleal, que confunde oposición con debilitar al Estado" en el caso de Cataluña.
Sánchez ha pedido al presidente de la Generalitat, Quim Torra, uno de sus aliados políticos y clave en su llegada a la Moncloa que "no pierda las formas porque es el primer representante del Estado en Cataluña". Sánchez ha insistido en que celebrará el Consejo de Ministros en Barcelona porque será bueno para todos y ha dejado claro que pese a todas las críticas por su postura con los independentistas "no se ha cometido ninguna ilegalidad en Cataluña".
Y ha dicho más.“Cuando era líder de la oposición apoyé el 155 cuando fue necesario, por eso digo que el Gobierno de la Generalitat sabe perfectamente cuáles son los límites en torno a los cuales podemos dialogar para poder encontrar una solución política”, ha añadido, dejando claro que la Generalitat sabe que el Gobierno "va a actuar con contundencia en el caso de que se produzca una quiebra de la Constitución".
El presidente ha puesto como ejemplo de la deriva nacionalista el Brexit, que "ha dividido a la sociedad, de hecho hay gente que pide otro. Lo que es claro es que el proyecto de Torra "no cuenta con una mayoría social y va en contra de la historia. Tenemos que apelar a la convivencia entre ciudadanos. Al final tenemos que convivir y sacar el día a día de nuestras familias".
Sánchez, pues, pasa de puntillas sobre Andalucía, ve más peligroso a Vox para la derecha que para su futuro y apuesta por recuperar la movilización. Para eso, parece confiar en el tiempo, y con ello, en los presupuestos. Una tabla de salvación tras el tsunami andaluz.