Cataluña es la clave de la investidura. Pedro Sánchez ha dejado un mensaje claro en su entrevista con Pedro Piqueras sobre por qué no quiere a Iglesias en el Gobierno. Por Cataluña y "por la defensa de Unidos Podemos del derecho de autodeterminación". No quiere el presidente tampoco "dos Gobiernos en uno, sino un solo gobierno que apueste por políticas sociales". Así que Podemos no entrará como tal en un Gobierno de coalición.
Volviendo a la investidura, la realidad es que Sánchez no se fía de Iglesias lo suficiente para tenerlo en su Gobierno, aunque este le diga que tendrá sentido de Estado. Por eso, desde Podemos no están dispuestos a un gobierno de cooperación sino de coalición, al menos a intentarlo. Sánchez ha dejado claro que "quiere un Gobierno de cooperación, de contenidos, políticas sociales, con gente de Podemos en el ámbito institucional y cooperación reforzada".
"Yo respeto mucho a Podemos, pero ellos defienden el derecho a autodeterminación. Hemos ofrecido fórmulas de cooperación, no necesitamos dos Gobiernos en uno. El objetivo es llegar a un acuerdo mediante el diálogo", ha señalado el presidente en funciones, que ha subrayado que, frente a esa posición, él defiende la integridad territorial.
En respuesta a Podemos, Sánchez ha señalado: "No tengo obsesión con los sillones y lo demuestra la formación del Gobierno con independientes, no tengo sentido patrimonialista del poder, pero sí deseo que no dependa de las fuerzas independentistas, y Unidas Podemos no defiende eso. Quiero un gobierno con un mensaje coherente. Tenemos coincidencias con Unidas Podemos en materias sociales, pero no en la crisis catalana".
Y más Cataluña. El presidente en funciones tampoco desea un Gobierno que "dependa de los independentistas porque fueron estos los que hicieron caer el último al no aprobar los presupuestos". En este callejón sin salida que consiste en no gobernar mano a mano con el partido de izquierdas como le piden sus militantes (le gritaron "con Rivera no" el día de la victoria), y no depender ahora de los que le apoyaron en la moción de censura, ha pedido a Rivera y Casado que "si son constitucionalistas se abstengan para lograr en julio una investidura".
Sánchez, pues, no se plantea elecciones, que sabe que los españoles no quieren porque "ya han tenido un ciclo electoral largo y han dejado claras sus preferencias", pero deja en el tejado de sus rivales el futuro. Lo cierto es que la última encuesta del CIS, como le ha recordado Piqueras, es todo un bálsamo y un refuerzo para el PSOE, que sería el gran beneficiado de una nueva convocatoria electoral logrando casi el 40% de los votos.
Cierto que el malestar de los ciudadanos si tuvieran que acudir a las urnas podría cambiarlo todo (siete de cada diez no quieren), pero el PSOE seguiría quitando votos a Podemos, que espera que los datos no sean un acicate para convocar nuevas elecciones. No pueden olvidar los dirigentes que los políticos se han convertido en el segundo problema para los españoles, solo por detrás del paro, algo que ha lamentado el presidente que considera que es algo generalizado en el mundo hoy. En España, los políticos tienen la peor valoración sobre su desempeño desde 1985. De hecho todos suspenden.
Y Sánchez, que ha reiterado que no desea un Gobierno apoyado por independentistas, esta vez lo sabe. La responsabilidad de lo que ocurra, ha destilado el presidente en funciones sin decirlo, será de Rivera y de Casado. Porque ante la pregunta de convocar elecciones, este ha señalado que "lo que le conviene al PSOE es que haya gobierno en julio. Ya hemos pasado un ciclo electoral importante".
No ha querido dejar claro el líder del PSOE si aprobará los indultos a los presos independentistas, pero sí ha aplaudido el trabajo de Marchena (no hizo lo mismo en su día su ministra de Justicia) y de la justicia española en el juicio del 1-0. "Europa siempre ha refrendado lo que ha hecho la justicia española en torno a este caso y a mí eso me llena de orgullo", ha asegurado.
Distinta parece ser la relación con Rivera que, pese a las presiones de medios de comunicación, empresarios, expresidentes... no cede a la hora de decir 'no' a Sánchez. Mucho ha cambiado la relación entre ambos desde que fueron capaces de firmar un pacto en febrero de 2016. Incluso hubo foto frente al cuadro de Juan Genovés 'El abrazo', del año 1976. Simbólico. Ahora parece que la relación personal entre ambos está rota. Sánchez ha criticado el pacto de Ciudadanos con Vox que ya ha institucionalizado. "No le pido a C's y PP que me voten a favor. Los españoles quieren un avance en justicia social. Ese avance lo pueden poner las fuerzas conservadoras. Yo lamento que Rivera desprecie a la Presidencia del Gobierno al no querer reunirse. Siempre ofreceré un café o más que un café a Rivera", ha asegurado.
Sánchez ha recordado a Rivera que "siempre tendrá las puertas abiertas a dialogar". "No voy a rehuir esa responsabilidad", ha dicho, matizando no obstante que "las fuerzas que saben que no pueden formar Gobierno" deberían facilitar un Ejecutivo que no dependa del capricho de las fuerzas independentistas, insistiendo en pedir la abstención a PP y C's.
El presidente es consciente que tiene dos flancos que la oposición ataca con insistencia; sus compañeros de viaje para proclamarse presidente en la investidura. Son los mismos que en la moción de censura, pero Navarra, los independentistas y sus posibles indultos futuros si son condenados son una munición que PP, Ciudadanos y Vox no van a dejar de usar. Tampoco le ha ayudado Zapatero con sus declaraciones.
En este sentido, Navarra es clave y Sánchez ha señalado que "el PSOE no ha pactado con Bildu en Navarra y que las críticas por la posición del PSOE son exageradas". Respecto a Borrell, el presidente del Gobierno en funciones ha afirmado que "el mundo no gira alrededor de los independentistas que consideran que su nombramiento para liderar la diplomacia europea es una forma de internacionalizar el conflicto". Es lo contrario, cree Sánchez, por la valía del actual ministro de Asuntos Exteriores en funciones.
El final de la entrevista tuvo espacio para Trump y su gesto con el presidente en funciones, que éste se tomó como "un gesto de cariño a España". Respecto a Murcia, y el no de Vox a apoyar al candidato pactado por Ciudadanos y PP, Sánchez se ha preguntado "qué fue de la lista más votada". "Ciudadanos ha ligado su futuro, se ha atado a la ultraderecha y al Partido Popular. Si uno pacta con la ultraderecha debe sentarse con ellos y firmar", ha dicho. Es lo mismo que tendrá que hacer Sánchez con los independentistas y es lo que no quiere.