¿Va usted a indultar a los presos del procés? Esa pregunta fue una de las más recurrentes del entonces lider de Ciudadanos, Albert Rivera. Fue un lema de campaña. La respuesta se acerca y parece cada vez más claro que va a ser sí. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido hoy a los ciudadanos catalanes y españoles que tengan "comprensión y magnanimidad" ante los posibles indultos que pueda conceder el Gobierno a los presos del 'procés' porque el objetivo merece la pena y ha asegurado que es "bienvenida" la carta del exvicepresidente catalán, Oriol Junqueras, porque es un paso en "favor de la distensión".
"La sociedad española tiene que transitar de un mal pasado a futuro mejor", ha dicho Sánchez para acto seguido reprochar la herencia que ha recibido del Gobierno popular. "Eso implica también magnanimidad", ha remachado alegando que el desafío que hay por delante "merece la pena" porque es "sembrar convivencia" y superar la crisis de 2017 "pese a los reparos de la sociedad española", que ha admitido.
Sus palabras dan por hecho que los habrá. La polémica sobre ellos, llena de ruido e insultos, ha proagonizado hoy el debate en el Congreso. Nadie acerca posturas ni establece un plan claro y conjunto mientras Junqueras repite la estrategia usada con Rajoy. Al final sacó las urnas y Rajoy vivió imágenes el 1-O que nunca pensó ver.
En este sentido, se ha referido a la carta de Oriol Junqueras en la que acepta los indultos y recalca, como ya hizo en 2019, que no se puede alcanzar una solución desde la unilateralidad, sino que el referéndum de independencia debe ser pactado. "A juicio del Gobierno de España cualquier paso a favor de la distensión es bienvenido", ha sentenciado Sánchez. No obstante, no ha querido precisar si el exvicepresidente catalán, condenado por participar en el referéndum ilegal del 1-O, formará parte o no de la Mesa de Diálogo. "Me permitirá que no me pronuncie porque no me gusta vetar a nadie desde el punto de vista de la declaración pública", ha afirmado.
"Creo que no empezamos bien si ahora en la respuesta que yo le doy es que esta persona tiene que estar o no. Tenemos que trascender estos debates aunque entiendo la importancia para los medios", ha argumentado antes de advertir, no obstante, que todos son conscientes de que se habla de una "Mesa entre gobiernos".
Pedro Sánchez tampoco ha querido precisar cuándo puede producirse la primera reunión de esa Mesa de Diálogo porque, ha insistido en que primero tiene que recibir en Moncloa al recién elegido presidente de la Generalitat "como mandan los cánones".
"Posteriormente veremos cuándo se celebra la mesa", ha recalcado Sánchez, quien, en cualquier caso ha insistido en que lo importante es trasladar el mensaje político de que la vocación del Gobierno es la de abrir un "nuevo periodo en Cataluña" que tiene que estar fundamentado en el diálogo, la negociación y el acuerdo y "siempre respetando los márgenes" de la "Constitución, la normalidad democrática y la seguridad jurídica". Lo importante, ha insistido, es dar pasos en el camino de la distensión, de la convivencia y en la superación de una crisis que, ha admitido, fue "muy importante para el conjunto de la sociedad española y catalana en 2017".
Sánchez ha dicho comprender que los ciudadanos puedan tener reparos ante la "posibilidad" esta medida de gracia que puede adoptar el Gobierno de España, sobre todo pensando en los hechos acaecidos en 2017, con las leyes de desconexión, el referéndum ilegal y la declaración de independencia. Pero ha reclamado "confianza" en el Gobierno y "comprensión y magnanimidad" porque el objetivo es favorecer la convivencia. Sánchez ha realizado estas declaraciones desde Argentina, donde se encuentra de visita oficial. Carmen Calvo, su vicepresidenta. ha afeado al PP no tener ningún plan para arreglar el problema en Cataluña. Los aliados de Junqueras también han hablado y le ha recordado que lo firmado no se parece a lo anunciado ahora. Y la CUP, por el momento espera. El PP cree que los indultos suponen caer de nuevo en una trampa (en la que ellos tropezaron) y que nada va a arreglar.
La posición de expresidentes del Gobierno ha sido dispar. "Si el Gobierno de España cree, piensa, que los indultos suponen un paso importante para olvidar lo que representó el octubre de 2017; para fortalecer el diálogo imprescindible con las instituciones catalanas, y para contribuir en una primera etapa al reencuentro, la decisión será favorable", ha dicho José Luis Rodríguez Zapatero, que piensa que "esa es la reflexión que hay que hacer".
El ex presidente del Gobierno, José María Aznar, ha cargado duramente contra la posibilidad de que el Consejo de Ministros apruebe un indulto a los políticos nacionalistas que, según sus palabras, dieron un "golpe de Estado" para intentar lograr la independencia de Cataluña. "Los indultos provocarían una debilidad del Estado irresponsable. A quien dio un golpe de estado se le va a premiar", ha señalado durante su participación en el II Foro Internacional Expansión. "Sería una invitación al suicidio" para un Estado que según su criterio se está "desmembrando".
Felipe González cree que no se dan las condiciones para dar indultos ahora. González asegura no tener "ningún espíritu vengativo" ni de "decir que los responsables del procés se queden en la cárcel". En este sentido, el exdirigente remarca que "el juicio fue extraordinariamente garantista", y añade: "Ahora que el rey no gobierna, es el Gobierno quien lo decide en base a unas razones. Como no me gustan los términos de arrepentimiento, que son más del siglo XIX, ahora sí que creo es que están dispuestos a recorrer el camino".
El exlíder socialista ha mostrado su rechazo a "recorrer el camino de aceptar que el Gobierno de Cataluña gobierna respetando la Constitución, aunque no crean en ella". Asimismo, en cambio, considera que "hay espacio para el reencuentro", y concluye: "Lo expresa bien Salvador Illa: la fractura es en Cataluña, de una parte de Cataluña con España, no de la totalidad".
No es de lo único de lo que ha hablado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Pese a todo lo comentado hasta ahora, ha enfriado la posibilidad de hacer una reestructuración de su Ejecutivo próximamente, al asegurar que ahora está centrado en la vacunación y en la recuperación económica, y que lo demás "no es prioritario". Así lo ha asegurado al ser preguntado al respecto durante la rueda de prensa que ha ofrecido junto al presidente de Argentina, Alberto Fernández, tras la reunión que han mantenido en la Casa Rosada, con motivo de su gira latinoamericana.