Dijo Iglesias que quería que los españoles pasaran la Nochebuena con un gobierno ya constituido. No parece que ese regalo navideño lo vayan a recibir los españoles. La mala noticia en ciernes se produce después de que ERC haya dejado claro que la cosa va para largo (las elecciones en Cataluña están en el fondo de todo el teatro, porque ERC no se puede permitir ser demasiado fácil, después de que Puigdemont no hable de pactos y de que la CUP los descarte para seguir en la calle) y también el día en el que la portavoz y líder de Ciudadanos en el Congreso, Inés Arrimadas, ha enviado una carta este lunes al presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para transmitirle su propuesta de un pacto "constitucionalista y moderado" entre el PSOE, el PP y Cs y pedir una reunión en la que participen Sánchez, el presidente del PP, Pablo Casado, y ella misma.
Sánchez tiene claro que ir a terceras elecciones no deja de ser un suicidio político, y el PP de Casado, por lo bajini, también lo sabe. Sería poner en franca ventaja a Vox. Y tal vez a Podemos. Pero tampoco parece fácil que el PP quiera inmolarse. Así que Sánchez mira a ERC pero también permite los guiños de Ciudadanos.
Arrimadas ha propuesto a Sánchez la que considera que es "la mejor alternativa para España", que sería sumar una "mayoría sólida" de 221 escaños, los de PSOE, PP, Cs y Navarra Suma, para desbloquear la formación de un nuevo Ejecutivo. Los grupos "constitucionalistas y moderados" podrían alcanzar un pacto para "impulsar grandes acuerdos de Estado", señala el texto, cuyo contenido ha sido avanzado por la portavoz parlamentaria en rueda de prensa en el Congreso. Arrimadas insta al dirigente socialista a romper con Unidas Podemos y negarse a negociar con los partidos nacionalistas, renunciando a una opción de gobierno que, según dijo él mismo, "no dejaría dormir tranquilos al 95% de los españoles". No parece que Sánchez esté dispuesto a hacerlo en este momento. Más parece todo un brindis al sol. Porque Ciudadanos y Podemos siguen siendo agua y aceite y romper con Podemos tras el pacto del abrazo puede ser excesivo hasta para Sánchez. Aunque en esta política líquida en la que el fin lo es todo, nunca se sabe.
El jefe del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, por si acaso, ha evitado este lunes precisar qué negocia con ERC a cambio de su abstención en la investidura y ha pedido "responsabilidad" a PP y Ciudadanos porque "el desbloqueo y la gobernabilidad" del país dependen de todas las fuerzas políticas, no sólo del PSOE.
En rueda de prensa conjunta con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, con motivo de la cumbre del clima que se celebra en Madrid, Sánchez ni siquiera ha mencionado una vez el nombre de ERC, el partido independentista con el que el PSOE se sentará por segunda vez este martes para negociar su imprescindible abstención en la investidura.
Lo que sí ha reconocido es que la investidura podría demorarse a enero, al afirmar que no quiere ponerle ninguna fecha. "El 12 de diciembre, el 20, el 8 de enero. No lo sé", ha indicado después de asegurar que "lo que no puede haber y no habrá serán terceras elecciones".
Obviando la negociación en marcha con ERC, pese a que se le ha preguntado expresamente por ello, Sánchez ha pretendido dirigir el foco de atención hacia el PP y Ciudadanos, incluso más sobre el primero que sobre el segundo.
Y es que, en una respuesta al líder del PP, Pablo Casado, que el otro día justificó que no podía facilitar la investidura de Sánchez porque dejaría de ser la alternativa, Sánchez ha afirmado que "nadie pide a ningún partido que renuncie a ser alternativa". Lo que propone el PSOE, ha dicho, es que "asuman cada uno su responsabilidad, desbloqueen la situación política (...) y permitan que haya un Gobierno en España más pronto que tarde".
Sánchez entiende que él sí ha asumido su responsabilidad porque, tal y como anunció en campaña, antes de 48 horas tras las elecciones del 10 de noviembre presentó su propuesta de desbloqueo, llegando a un preacuerdo con Unidas Podemos, con quien el PSOE suma 155 escaños, a 21 de la mayoría absoluta de 176, un horizonte que ve "muy cerca" tras las conversaciones mantenidas con PNV y partidos como PRC, Teruel Existe o Coalición Canaria.
Sin embargo, Sánchez no está intentando una investidura en primera vuelta, donde se requiere mayoría absoluta, sino en segunda vuelta, donde entran en juegos los votos a favor, en contra y las abstenciones --al ser suficiente con conseguir más 'síes' que 'noes'-- y donde la abstención de ERC resulta imprescindible, si el PSOE no tiene la abstención del PP o el voto a favor de Ciudadanos. Por eso Sánchez subraya que la formación de gobierno "depende de todas las fuerzas políticas".
Sin embargo, Sánchez no ha dado ningún paso de momento para reunirse con el PP y hablar de la investidura. Este lunes, en respuesta a la petición de la portavoz en el Congreso de Ciudadanos, Inés Arrimadas, para un encuentro a tres (PSOE, PP y Ciudadanos), Moncloa ha señalado que Sánchez estaría dispuesto a verse con Arrimadas "en los próximos días", si bien ha dejado claro que se trataría de un encuentro bilateral, es decir, sin incluir al PP.