El presidente del PP, Pablo Casado, se ha empleado a fondo en la campaña de Castilla y León, y no ha dudado en lanzar sus mensajes electorales, rodeado de vacas, ovejas, jamones o barricas de vino. Un esfuerzo titánico para convencer a sus paisanos de que salgan a votar el domingo. La abstención es el mayor miedo que sacude al Partido Popular, y su líder ha bajado al barro, -literal-, para trabajarse voto a voto.
Estos quince días de campaña han dejado un buen álbum de fotos. Todo un filón para las redes sociales. Empezó con un Casado, que al grito de "¡Más ganadería, menos comunismo!", inauguró la 'campaña del chuletón' rodeado de vacas, en mitad de una bucólica dehesa en su pueblo de adopción, Las Navas del Marqués. La fiebre de las fotos con vacas, ovejas y lechones se extendió por todo el PP.
Pablo Casado le cogió gusto a eso de hacer declaraciones en todo tipo de escenarios. Con ovejas, que con sus balidos y cencerros, se colaban en sus mensajes electorales. Con jamones en Guijuelo, o con barricas de vino en Toro (Zamora). Eso mientras tan pronto cargaba contra el ministro de Consumo, Alberto Garzón, por su lio con la carne, que acusaba al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de pactar con los asesinos de ETA rodeado de toneles.
El dirigente popular lo mismo se ha subido a un tractor en Palencia, que a un camión en Soria, que a un remonte en Navacerrada. La Fórmula 1 se la ha dejado a su amiga Isabel Díaz Ayuso y su mono rojo de piloto de carreras. Fondos de campaña, que no han escapado a las críticas de Sánchez. "Además de hacerse fotos con todo tipo de fauna, Casado debería reconocer los éxitos de España", ironizaba ayer desde Soria el presidente.
La pulla no ha hecho mella en el ánimo del presidente del PP, "el partido del campo", y él ha seguido con sus remolachas, y las fotos con vacas y jamones
Castilla y León es tierra de vinos, así que Pablo Casado, entregado a su misión de ganarse el voto a pie de calle, de granja o de bodega, lo mismo celebra los caldos de Prieto Picudo: "Muchas veces no había agua y teníais que beber vino", dijo en el pueblo de su padre, que brinda con un Rivera en Burgos, o se planta en una bodega en Toro (Zamora). Que nadie se enfade, que hay para todos.
La querencia de los líderes del PP por ensalzar las virtudes del vino no es nueva. Para la historia de las anécdotas políticas han quedado el famosísimo "¡Viva el vino" de Mariano Rajoy, y José María Aznar exigiendo que le dejen "beber tranquilo".