Sus escaños están situados prácticamente enfrente uno del otro. El de Omar Anguita (Madrid, 1990) en la bancada socialista, el de Diego Gago (Vigo, 1987) en la del PP. En un Congreso polarizado al máximo, donde la crispación y la bronca son protagonistas semana tras semana, estos dos diputados son amigos y no lo esconden. Son el ejemplo de que la concordia política es posible, hasta en campaña. Se han convertido en noticia porque en más de una ocasión han utilizado las redes sociales no para lanzarse puyas, sino para desearse suerte y felicitarse públicamente. Ellos son de los que después de un debate se van de cañas.
Los dos cuentan a NIUS que llevan su amistad con normalidad. "Para demostrar que fuera del ruido, hay política sana, políticas de consenso y también amistad", dice Anguita, secretario general de las Juventudes Socialistas. "Para nosotros es importante que esto sea algo natural, normal. Que no parezca forzado" asegura Gago, presidente de las Nuevas Generaciones populares hasta hace una semana. Como líderes de las organizaciones juveniles de los dos principales partidos de España han debatido decenas de veces desde las antípodas ideológicas pero con una actitud común, el respeto al discrepante.
Defienden que su conexión no es una excepción en el Congreso. "Es mucho más normal de lo que parece", sostiene el popular que apunta a que existe "un espacio más tranquilo" fuera del foco donde se conversa desde la cordialidad. "La política no solamente tiene que ser el desacuerdo sino la capacidad de entender a la persona que tienes enfrente”, apunta el socialista. Entienden eso sí, que sus líderes, Pedro Sánchez y Pablo Casado, están en otro nivel donde la presión es mayor para marcar ideología y terreno.
Todos los partidos mantienen puentes de diálogo, sería imposible trabajar en el Congreso sin ellos. Lo que hace diferentes a Anguita y Gago es que no tienen ningún apuro en mostrar su sintonía personal. Hace una semana, el popular se despidió de su cargo en Nuevas Generaciones. Al acto acudió su amigo socialista. En su discurso le agradeció el gesto: "Hemos confrontado ideas desde el respeto. Os quiero agradecer la valentía de estar con nosotros". Y Anguita se lo devolvió en Twitter: "Has sido un gran adversario político. Mucha suerte en esta nueva etapa como 'no tan joven'".
Uno es monárquico, el otro republicano. Tienen enormes diferencias en asuntos como el empleo, la economía o la educación y discrepan en cómo se ha gestionado la pandemia, pero los dos apuestan por el acuerdo. Gago cree que comparten "el sano objetivo de mejorar la calidad de vida de los jóvenes de este país". "Tenemos pasión por la política y por el acuerdo", señala Anguita.
Desde la naturalidad, reconocen las virtudes del otro, pero también los defectos. "Es buena persona. Le pone pasión a lo que hace. Le gusta la política porque tiene convicciones", alaba Gago de Anguita. Para el socialista, su adversario "escucha, escucha mucho, es una de las personas que menos interrumpe, y eso demuestra que tiene capacidad de entender a la persona que tiene delante y eso es muy positivo".
"Que es de derechas... (risas)", es lo malo que le ve. Gago se queja: "No me hace tanto caso... (risas). Tiene una cerrazón en las ideas que las defiende con tanta firmeza que no siempre tiende a cambiar de opinión".
Ha sido concejales, el madrileño en Rivas-Vaciamadrid, el gallego en Vigo. Anguita tiene estudios de Turismo Bilingüe y está en proceso para obtener la licencia de vuelo de piloto comercial y Gago es licenciado en Derecho Económico y tiene un máster en Asesoría fiscal. Ejerce en el Congreso como portavoz de cambio climático. El socialista ha vivido esta semana uno de los momentos más especiales desde que es diputado, ha sido ponente de la Ley de protección de la infancia aprobada con el consenso del PP.
La primera muestra pública de su amistad fue hace un año. Anguita tomo posesión de su escaño como sustituto de Dolores Delgado. Ese día, Gago, desde su bancada, envió un tuit para "desearle el mejor de los éxitos".
Anguita le respondió recordando los viajes y debates compartidos, diciéndole que era "un tipo brillante" y ansiando "celebrar acuerdos".
Se conocieron hace cuatro años aunque su amistad se cimentó en las tres semanas que pasaron en Estados Unidos con motivo de unas jornadas. Allí también coincidieron con la dirigente de ERC, Marta Vilalta y con Salvador Illa. Los dos valoran especialmente el talante dialogante del exministro de Sanidad y recuerdan sus charlas con él.
Llevan años de militancia a sus espaldas. Anguita se afilió con 14 años a la Juventudes Socialistas después de escuchar un discurso de José Luis Rodríguez Zapatero, uno de sus referentes políticos junto con Pedro Zerolo y Carla Antonelli. Gago entró en política con 16 años en la última etapa de José María Aznar cuando predicaba su milagro económico. Admira también a Manuel Fraga y a Justin Trudeau, el primer ministro de Canadá.