La Palma contiene la respiración porque la calidad del aire cada vez es peor. Hoy, los colegios de cinco barrios cerrarán sus puertas. Los alumnos accederán a clase a través de Internet, al igual que los afectados que quieran solicitar alguna ayuda, que podrán hacerlo online. Comienza la séptima semana de erupción con el volcán de La Palma en plena y devastadora actividad.
La calidad del aire ha llegado a ser muy desfavorable en La Palma. Los niveles de dióxido de azufre siguen siendo muy altos. A ello se une la cantidad de cenizas que está expulsando el volcán.
Los técnicos sobrevuelan el volcán de La Palma cada día para medir la columna de gases y cenizas, de 4.500 metros de altura.
La nube de ceniza del volcán de Cumbre Vieja se alza imponente y tiene sumida a La Palma en la oscuridad. El dron se levanta por la zona de las Manchas donde el paisaje parece el de otro planeta. “Urge despejar los tejados para que no colapsen las casas”, señala un vecino.
Lo que no se ha comido la lava, lo ha engullido la ceniza. El volcán está en proceso de desgasificación por eso hay tanta ceniza estancada por el ciento en el noroeste y oeste.
Ir por las carreteras es peligroso. Las vías se han vuelto tenebrosas. “Quitamos y quitamos y vuelve a caer”, dice un vecino.
Para limpiar utilizan retroexcavadoras y sopladores para intentar mantener cierta normalidad. Pero no hay nada normal. La gente en La Palma está agotada de luchar.
Los niveles de ceniza y los de dióxido de carbono son altísimos. Por eso se ha recomendado en cinco localidades del valle de Aridane que no salgan de casa.