Las Navidades están a la vuelta de la esquina y todo indica que la segunda ola del coronavirus, –que aguarda también a la entrada del temido invierno–, nos privará de poder disfrutar de las fechas más señaladas del año de la forma en que solíamos hacerlo.
La pandemia lo ha cambiado todo, y con los contagios todavía reflejando una transmisión muy por encima de lo deseado, –con 15.156 nuevos casos y 328 muertes más en el último balance del Ministerio de Sanidad–, los expertos coinciden en que relajarnos por el mero hecho de que lleguen las fiestas navideñas puede traducirse en un cóctel fatal que termine de dinamitar la curva de los contagios, multiplicando los decesos por covid-19 y desatando incluso lo que podría ser una tercera ola.
Pese a que el Ministerio de Sanidad constata a través de sus datos una tendencia a la “estabilización” e incluso de ligero “descenso”, con la incidencia acumulada en 14 días bajando a los 419,48 según los últimos datos, lo cierto es que son cifras elevadísimas y muy lejos del objetivo marcado por el departamento presidido por Salvador Illa: mantenerse “por debajo de 60 casos por 100.000 habitantes”.
La tendencia actual, advirtió el propio director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, durante una de sus comparecencias, “no es una victoria”. Estamos muy lejos de poder bajar la guardia, advirtió, y eso es lo que también transmiten múltiples expertos. Las autoridades sanitarias de las distintas comunidades autónomas también lo saben, y por eso la predicción más plausible es que estas Navidades veremos como las fechas más señaladas irán de confinamiento en confinamiento, como prueba desde ya el puente más inmediato que tenemos en el horizonte: el de la Constitución y la Inmaculada Concepción, de los días 7 y 8 de diciembre.
Madrid y al menos otras siete comunidades autónomas impondrán cierres con el objetivo de llegar a la Navidad con la menor cifra de contagios posible.
Concretamente, las restricciones son:
De momento no se ha establecido cierre perimetral del territorio en Galicia, Extremadura, Baleares y Canarias.
La Navidad trae consigo fechas propensas a las aglomeraciones, las reuniones sociales y los desplazamientos masivos; ingredientes que los expertos definen como claves para el incremento del riesgo de contagio por coronavirus. Por eso, Sanidad está trabajando para la aprobación de un documento en el marco del Consejo Interterritorial con “un paquete de recomendaciones en relación al mes de diciembre”.
“Tenemos por delante todas las fiestas pre-Navidad, que se tienen que regular y se tiene que buscar la manera de que no tengan un impacto en la trasmisión; tenemos las reuniones familiares masivas; todos los estudiantes que vuelven a su casa; todas las personas que están en residencias que en Navidad vuelven a sus domicilios; la cabalgata de Reyes, que hay que valorar qué impacto puede tener y si merece la pena realizarla… Son todos estos aspectos lo que el documento va a trabajar junto con otros más. Aspectos muy específicos de la Navidad que no son aplicables a otros puentes. No es que tengan que hacerse más medidas restrictivas generales, sino muy concretas”, manifestó Fernando Simón en su última comparecencia dando cuenta de los planes del Ministerio.
A la espera de que se haga público dicho documento la próxima semana, el director del CAES avanzó: “Las Navidades tendrán que ser diferentes. Ello no implica necesariamente que sean peores, pero tenemos que entender que tendrán que ser diferentes, y lo tenemos que entender todos”.
En esta línea, el ministro Illa aseguró que Sanidad “enfoca con preocupación el mes de diciembre”, y en especial el periodo navideño.
Los expertos no son más optimistas. “España no está en condiciones de afrontar la Navidad como quisiéramos”, afirmaba Elvis García, profesor de epidemias en la Universidad Oxford, en una entrevista reciente para El Programa de Ana Rosa. Más allá, su consejo “desde el punto de vista de la salud pública”, es “que la gente celebre la Navidad en casa”.
“Si un año no se puede invitar a los familiares y amigos, tendrá que ser así. Debemos ser conscientes de lo que está en juego. La Navidad es una fiesta especial pero hay una todos los años. Creo que es el momento de hacer tripas corazón y que cada uno sea responsable de sus actos; dejar de buscar culpables en Gobiernos, autoridades… que no nos lleva a ningún lado, y asumir nuestra responsabilidad como ciudadanos”, manifestó.
También el doctor Rafael Bengoa, experto en salud pública y exasesor de la OMS, quien recientemente manifestó que un confinamiento domiciliario “de forma estricta”, aunque algo más suave que el de marzo y abril permitiría “impedir 400 muertes al día”, ha advertido en los últimos días de los riesgos de caer en la “complacencia” y ha señalado que en estas Navidades, que serán sumamente atípicas, no es precisamente lo más seguro.
Así lo espera la directora del Departamento de Salud Pública y Medioambiente de la Organización Mundial de la Salud, María Neira, quien apunta que "esta Navidad no va a ser socialmente tan divertida y expansiva como otros años" y llama a la gente a ser creativa y tener paciencia porque aunque la sociedad esté fatigada el virus no.
¿Dónde está lo positivo entre esta marea de noticias llamadas a minar nuestro ánimo? En el hecho de que además de que la carrera por obtener una vacuna segura y eficaz está acelerándose, también los expertos ven posibilidades de que la denominada ‘nueva normalidad’ pueda llegar antes del verano. “Esto se va a acabar. Este partido se va a acabar”, llegó a decir la prestigiosa viróloga Margarita del Val.
Mientras tanto, el desafío es conseguir, con responsabilidad individual y prevención, que la pandemia no consiga robarle también a las Navidades su magia.