La narcoindustria del hachís llega a España
Un kilo de hachís se paga a 1600 euros en el mercado negro y uno de marihuana a 1300 euros.
Seis detenidos en esta macro operación de la Guardia Civil
La directora general de la Guardia Civil, María Gámez: “Lo que consiguen es fabricar o tener el proceso completo en territorio nacional"
Por primera vez, tenemos la prueba de que la narcoindustria del hachís se está deslocalizando: la fábrica no está ubicada en las montañas del Rif si no en un polígono del municipio alicantino de Bigastro. La materia prima, plantas de cannabis, ya se cultivan desde hace tiempo en España, donde se comercializa como marihuana picada. Pero ahora, además, este cannabis Made in Spain también se seca, se machaca y se prensa aquí, para convertirlo aquí en resina de hachís, listo para su venta en la calle.
“Lo que consiguen es fabricar o tener el proceso completo en territorio nacional, fabricar directamente el hachís de gran calidad en España” explica la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, en la rueda de prensa ofrecida hoy en Murcia.
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Un modelo productivo que se ahorra los enormes costes que supone cruzar el Estrecho y que es mucho más rentable: un kilo de hachís se paga a 1600 euros en el mercado negro y uno de marihuana a 1300 euros.
La Guardia Civil llegó a la fábrica tras investigar varias muertes por sobredosis en la prisión murciana de Campos. Allí cumple condena el gaditano Iván Odero, quien inspiró la película El Niño. Los funcionarios del Grupo de Seguridad Interior de esta cárcel alertaron de los hechos a los agentes del Equipo de Delincuencia Organizada Antidroga (EDOA), que centraron la investigación en Odero, constatando que contaba con una red de colaboradores en el exterior.
Los investigadores identificaron a uno de estos colaboradores, del que supieron que tenía un papel destacado dentro de la organización y que, casualmente, había cumplido condena durante cuatro años junto al principal sospechoso y líder de la banda. Los agentes averiguaron que esta persona no solo se dedicaba a captar y manipular a personas para que introdujeran droga en el centro penitenciario, sino que también manejaba su pequeña red de distribución de droga en el exterior, principalmente cocaína, y también hachís. Para ello, contaba con una mujer, de nacionalidad brasileña, que supuestamente vendía la droga entre alguno de los clientes en el local en el que trabajaba.
Centrada la investigación en sus movimientos, los guardias civiles detectaron sus visitas frecuentes a una nave industrial de Bigastro, donde se pudo constatar el trasiego de personas y de sacas repletas de hachís. En el registro de la nave se localizó una máquina especialmente diseñada para convertir la marihuana previamente procesada en un polvo o polen de hachís, que, después de los procesos de transformación, añadido de aditivos y de aplicación de calor se convierte en una rudimentaria "resina de hachís".
Se trata de una novedosa maquinaria, en cuanto a su implantación en territorio nacional, ya que permitiría evitar las complejas y costosas estructuras que se precisan para traerlo por mar y tierra, fabricando directamente hachís de gran calidad en España. A efectos prácticos, este sistema es el perfeccionamiento de los conocidos como "Tambores de Ketama", con los que se pulverizan las plantas de manera artesanal.
En concreto, se incautaron varias sacas de grandes dimensiones que contenían sustancia amarilla pulverizada (polen de hachís), también embolsada en unidades de un kilo de peso, así como numerosos cajones de cartón y sacas de rafia con una abultada cantidad de plantas de cannabis en diferentes estados de procesamiento. También se descubrieron dos arcones congeladores llenos de picadura de planta de cannabis y cogollos de marihuana. En total se han incautado cerca de 8.300 kilos de sustancias estupefacientes.
La nave contaba con una zona de estar, con dormitorios y baños que permitían la estancia ininterrumpida de varias personas, cuya demanda de droga por parte de los clientes era superior a su capacidad de producción. En estas estancias, además, se acumulaban numerosas cajas de gran tamaño que utilizaban para almacenar la marihuana seca.
Asimismo, han explicado que no descartan que la organización criminal, radicada en el sureste peninsular, tenga una ramificación en el Campo de Gibraltar, por lo que consideran que la operación sigue abierta. Los seis detenidos, así como la droga y los efectos incautados han sido puestos a disposición del juzgado de Primera Instancia Instrucción número 1 de Mula (Murcia).