"Secuestrado", así ha descrito Fernando Blanco el año, 9 meses y 22 días que lleva en prisión preventiva en el Centro Penitenciario de Ponent (Lleida), tras ser acusado de estafa: “Llevo 654 días secuestrado sin mi hija”. A escasos días del juicio, ha enviado una carta en la que ha querido romper su silencio
A solo unos días de que se celebre el juicio, previsto para los días 2, 3 y 4 de octubre, Blanco insiste en que no es culpable y ha expresado en la carta sus deseos de defenderse "de todos estos ataques contra mi persona y mi familia y contra todas las mentiras”.
Sin dejar de insistir en su inocencia, el acusado ha lamentado que con su puesta en prisión, nadie se ha preocupado de la pequeña y reprocha que "a nadie le importe Nadia".
“Que vengan ahora esos médicos, jueces y personas que tanto saben y me garanticen que mi hija seguirá aquí muchos años y con una mínima calidad de vida”, señala. Añade también que quizá "cuando todo acabe" y sea puesto en libertad, "ya sea demasiado tarde".
Blanco también ha dedicado unas líneas a criticar a los medios de comunicación, contra los que ya ha "empezado a presentar demandas y querellas" por las "pésimas investigaciones".
Además, ha asegurado que ha recibido amenazas de muerte hacia él y su familia contra a las que se enfrentará "con las correspondientes denuncias". "Les daré mi dirección para que estos valientes ejecuten sus amenazas”, añade.
Su abogado asegura que no todos los que donaron dinero "se sienten víctimas"
Tras su visita a Ponent, el abogado de Blanco, David Peña, ha declarado que su defendido se encuentra "un poco desanimado” porque le han vuelto a negar la libertad provisional. Sin ella, explica, no pueden prepararse bien para el juicio. Ya el pasado 17 de septiembre se vieron privados de la misma petición.
Asimismo, el abogado ha declarado que la pequeña Nadia "ha dado un bajón importante": "La alegría de mi cliente es ver que su hija sigue sumando día de vida”.
Les niegan la puesta en libertad por si hay riesgo de fuga, aunque su abogado asegura que eso no ocurrirá y alega que fue a Francia a ver a un médico, no para huir, y que ese destino no se considera "el extranjero".
Como no podía ser de otra manera, Peña también ha insistido en que el acusado no es culpable y que “no ha cometido ningún delito entramado en un delito de estafa”. Es más, señala que su puesta en prisión ha sido una medida "desproporcionada" y que "podría estar en cualquier sitio" menos allí.
También considera que no se puede hablar de un delito de estafa cuando "ha quedado dinero congelado" y ha destacado que no todas las personas que dieron dinero a la causa son víctimas: “No todas las personas que han donado se sienten víctimas de una estafa porque de un millón solo reclaman 50.000 euros”.