Muere Fermín Garcés, el camionero que agarró por el pecho a los primeros asesinos de ETA
Se enfrentó a los asesinos del guardia civil Manuel Pardines, la primera víctima de ETA
Garcés se convirtió después en Guardia Civil y fue destinado a Madrid
En aquel momento, Garcés no tenía ni idea de que eran etarras
Fermín Garcés ha muerto a los 89 años siendo Guardia civil, la profesión a la que aspiraba desde joven, pero a la que llegó tras enfrentarse con los asesinos que acabaron con el agente del mismo cuerpo Manuel Pardines, la primera víctima de ETA
De aquello hace 54 años, fue el 7 de junio de 1968, en una carretera a la altura de Villabona, en Guipúzcoa. Garcés, entones camionero, fue testigo directo del asesinato de Pardines, que estaba haciendo un control de tráfico y había dado el alto al coche conducido por dos etarras.
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El guardia Pardines, de 25 años, murió tiroteado ante los ojos de este camionero que se bajó del vehículo y agarrando a uno de los pistoleros de la camisa, le dijo: "Quieto ahí".
Fermín Garcés tenía 35 años, en aquel momento. Tras encararse con los asesinos echó a correr para pedir ayuda y encontró al compañero de Pardines, al que avisó de lo sucedido. En aquel momento, Fermín no sabía que eran etarras, ni que había sido testigo y parte en el primero de una larga lista de asesinatos a manos de la banda terrorista.
El terrorista que disparó era Txabi Etxebarrieta, que murió horas después en Tolosa en un enfrentamiento con la Guardia Civil. Le acompañaba Iñaki Sarasketa, que fue detenido y condenado a muerte, una pena luego conmutada por la cadena perpetua hasta que fue beneficiado en 1977 por la amnistía y quedó en libertad. Ambos etarras se dirigían a San Sebastián con el objetivo de preparar el atentado contra el inspector de Policía Melitón Manzanas, asesinado también dos meses después de que Pardines se cruzase en el camino.
De camionero a Guardia Civil
Meses después de aquella experiencia, Garcés decidió bajarse del camión para enrolarse en la Guardia Civil, pasando las pruebas y un proceso de formación hasta que fue destinado a Madrid, en concreto al Servicio de Material Móvil, donde pudo demostrar sus conocimientos como camionero dedicado al mantenimiento del parque automovilístico.
Aunque Garcés no tuvo una vida tranquila, ya que vivía en la sede de la Dirección General de la Guardia Civil, en la calle Guzmán el Bueno de Madrid, cuando ETA puso un coche bomba en las inmediaciones, en 1988, veinte años después del asesinato de Pardines. Murieron un niño de dos años y un director de largometrajes de TVE.
Como miembro del Instituto Armado fue condecorado con la medalla al Mérito de la Guardia Civil con Distintivo Rojo por su acción el día del asesinato de Pardines, pero nunca se le llegó a entregar físicamente la insignia. En 2016, 48 años después, la Benemérita se la entregó y le proporcionó un uniforme nuevo a su medida.
El cuerpo de Garcés será trasladado a Valtierra, la localidad donde nació en la ribera de Navarra.