Un ataque sin precedentes. Así es como describe la consellería de Interior el asalto a la comisaría de los Mossos d'Esquadra en Vic (Barcelona) durante los altercados en rechazo a la detención del rapero Pablo Hasél. La cúpula de la policía catalana se ha reunido este miércoles de urgencias para analizar los ocurrido esta pasada noche en distintos puntos de Cataluña y tras anunciar que preparan un dispositivo especial para evitar que esta noche vuelva a suceder han lanzado un mensaje claro ante los medios: "que no se vuelva a repetir la violencia gratuita de ayer, queremos manifestaciones pacíficas".
Aunque se produjeron episodios violentos por parte de los manifestantes en las concentraciones celebradas en Girona, Lleida, Vic y Barcelona, el ataque más contundente fue en las dependencias policiales de Vic, donde once agentes resultaron heridos, entre ellos, el Inspector Jefe. "El objetivo era entrar a la comisaria y proceder a un asalto, un objetivo que fue neutralizado por los efectivos. Hubo una violencia desmesurada, nunca lo habíamos visto, nos lo trasladaron los 38 efectivos que estaban. En los vídeos se ve que algunos manifestantes llevan a cabo una violencia desmesurada contra los efectivos policiales", ha explicado el comisario Juan Carles Molinero.
Desde Interior temen que esta tarde vuelve a repetirse lo de ayer, por eso, desde las ocho de la mañana los distintos cuerpos de seguridad trabajan en un dispositivo conjunto para tratar de evitarlo. "Redimensionaremos los efectivos y recursos para dar coberturas a las manifestaciones que se puedan producir hoy. En el dispositivo se determinará cuál será el reparto y el objetivo principal será evitar que se produzcan episodios violentos, dar una respuesta lo más rápida e inmediata posible", ha avanzado Molineros.
Los indecentes dejaron una treintena de personas heridas, entre las cuales hay 21 agentes de Mossos y 4 policías locales. Además, 18 personas fueron detenidas, 15 por la policía autonómica y 4 por los agentes de la policía local. Según Interior, las protestas empezaron siendo pacíficas, pero de repente empezó a emerger la violencia y sucedieron "hechos extremadamente graves, violentos e improvisados". Esta improvisación provocó, según la policía autonómica, que no se pudiera dar respuesta a todos los altercados, ya que no tuvieron tiempo a que "los equipos de mediación pudieran intervenir".
"Con la información que disponíamos, y se cumplió en la mayoría de los casos, las manifestaciones tenían como objetivo llegar hasta las sedes policiales, y subdelegaciones del Gobierno. El dispositivo consistió en proteger estos edificios donde teníamos conocimientos de que iban a finalizar", ha señalado Molinero. Sin embargo, jamás imaginaron que la situación llegaría a tales extremos y aseguran que la violencia impidió que se pudiera garantizar el derecho pacífico a la manifestación.
Los Mossos d'Esquadra aseguran que están preocupados y tienen la sensación de que la "violencia que se está ejerciendo en las calles va en aumento, ya que se está dando cada vez más repetidamente". Y es que solo en Barcelona los daños ocasionados alcanzan los 70.000 euros. Tanto en la capital catalana como en el resto de los ciudadanos durante la noche se quemaron contenedores, se asaltaron comercios y se agredió a los agentes de autoridad. Unos hechos que el conseller, Miquel Sàmper, condena firmemente y atribuye al "cansancio psicológico generado por la pandemia" y al rechazo de la detención de Pablo Hasél.
"No queremos que se repitan los episodios de ayer, no debemos de ver ni como bueno ni positivo que la violencia que ejerza una minoría acabe limitando los derechos. Hago un llamamiento a que se hagan las manifestaciones que se tengan que hacer, pero por favor se hagan con una perspectiva pacifica, todos los derechos fundamentales tienen límites y ayer se extralimitaron", ha añadido Samper.
De hecho, precisamente en Vic, durante el asalto, había una mujer interponiendo una denuncia por violencia de género que tuvo que ser trasladada al piso superior de la comisaría para darle protección. "La violencia era extrema, muchas de las piedras entraban hasta las dependencias y oficinas de atención al ciudadano, donde se atiende al ciudadano, tuvimos que dar atención a estas dos personas, les garantizamos su seguridad, tanto en el interior como posteriormente a la hora de seguir", ha explicado Molineros.
Por el momento, la Generalitat no ha avanzado si se personará contra los detenidos por atentar contra los agentes de autoridad y ha dejado la decisión en manos "del próximo gobierno que se constituirá en los próximos meses". Eso sí, se abrirá expediente a todas aquellas personas identificadas por incumplir las medidas restrictivas adoptadas en Cataluña por la pandemia de coronavirus. "Se incumplió el toque de queda, la obligatoriedad de llevar mascarilla y el distanciamiento social", ha destacado Sàmper.