Si ha habido un momento que ha competido con la celebración de la investidura ha sido aquel en el que Pablo Iglesias hacía entrega de un ramo de flores a la diputada Aina Vidal, de En Comú Podem, que a pesar de estar diagnosticada de una grave enfermedad ha acudido a votar.
Para ella, un mensaje coreado con el puño en alto: “¡Sí se puede, sí se puede!”
Ya antes, la Cámara le había dedicado un aplauso que ha agradecido entre abrazos y lágrimas. Un aplauso de todos, salvo de los diputados de Vox…
Los aplausos también han adornado la investidura de Pedro Sánchez. Hasta sus intervenciones han levantado a la bancada de Pablo Iglesias, y viceversa; una imagen a la que acostumbrarse a consecuencia de la primera coalición de la democracia.
El bloque progobierno se ha mantenido firme, algo que Sánchez ha agradecido estrechando manos.
El momento ha servido también para superar enfrentamientos. Hacía mucho que Iglesias y Errejón no se daban la mano en público de la forma en que lo han hecho hoy.
Por otro lado, los gestos se torcían con los que han dicho ‘no’, como los regionalistas cántabros.
En la tribuna, algunos relevantes barones del PSOE celebraban una jornada que una vez sentados han pasado más serios, mezclados con representantes de Vox y de PP.
En el exterior, paralelamente un pequeño grupo se ha manifestado contra la investidura, mientras al otro lado de la calle, otro grupo lo hacía a favor. En medio, un furgón policial adornado por los policías con la bandera de España.