Marina mercante toma cartas en el asunto de los ataques de orcas y restringe la navegación
Los expertos siguen sin encontrar una explicación a lo que está pasando
La venganza, el silencio de los mares y la búsqueda de alimentos, las hipótesis
Marina Mercante ha decidido restringir la navegación costera entre cabo Prioriño Grande y la Estaca de Bares para los veleros medianos y pequeños, los que tienen una eslora por debajo de los quince metros. Se intenta de esta manera prevenir nuevos encuentros con los cetáceos que han protagonizado varios incidentes en aguas gallegas.
La culpa es de las orcas, que siguen atacando este tipo de veleros. Marina Mercante, a petición de Transición Ecológica, ha decidido alejar el tránsito de esas embarcaciones hasta las 11 millas. La razón es que la mayoría de los ataques de las orcas son contra los veleros de menos de quince metros, a entre 2 y 8 millas de distancia de la costa y cuando circulaban a en "garantizar la integridad de las personas y de las propias orcas"tre 5 y 9 nudos, ya fuese a vela o a motor. Según desvela el Faro de Vigo, Marina Mercante, a petición de Transición Ecológica, ha decidido alejar el tránsito de esas embarcaciones hasta las 11 millas. Podrán, eso sí, navegar de forma perpendicular a la zona delimitada tanto para entrar a la zona costera como para salir hacia el mar.
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La medida pretende y podría ir extendiéndose a otros territorios en función de la evolución de los tres grupos de cetáceos que se han quedado en aguas gallegas y cuyo número de miembros supera la docena. La realidad es que los expertos no acaban de encontrar una explicación de la actuación de este grupo de orcas.
Por lo general los acercamientos se producen por la popa del barco y habitualmente de forma silenciosa. Los animales comienzan a inspeccionar el barco centrándose en partes móviles como el timón, provocando en ocasiones que los buques lleguen a girar. Para los biólogos, los protagonistas de los acercamientos son los ejemplares más jóvenes de uno de los tres grupos que han sido avistados en las últimas semanas en Galicia. Otras hipótesis puede ser la venganza de uno de los ejemplares ante daños sufridos por los barcos a compañeros, el silencio que ha imperado un tiempo en los mares y el hecho de que las orcas aprovechan la pesca para lograr algunos alimentos.