Miriam Gutiérrez Melero, una mujer de 30 años, se infectó de coronavirus A pesar de ser una mujer joven, el riesgo estaba en su avanzado estado de gestación: se encontraba en la semana 33.
El empeoramiento de su estado de salud por la neumonía derivada de la enfermedad le hizo que tuviera que ingresar en el Hospital del Virgen del Rocío de Sevilla.
En un primer momento el susto quedó ahí y la joven se quedó ingresada en planta, estable, mientras superaba la enfermedad. Los médicos que la trataron narran la dificultad del caso, ya que en realidad había dos pacientes: Miriam y la pequeña Suhaila. Debían valorar cuánto tiempo podría quedarse todavía en el interior de su madre la bebé sin que se pusiera en riesgo ni a una ni a otra.
Sin embargo, su salud volvió a empeorar y los médicos decidieron actuar rápidamente: el nacimiento de su hija Suhaila debía adelantarse, ya que el feto contaba con la madurez pulmonar completada y el empeoramiento de la clínica respiratoria de la madre era cada vez mayor.
Así, se le realizó una cesárea y acto seguido Miriam fue trasladada a la UCI intubada, con soporte respiratorio y un pronóstico grave, como recoge el Diario de Sevilla. Además, la reciente cesárea complicaba aún más la situación, debido a la pérdida de sangre que suponía una dificultad más para el manejo de la paciente.
Afortunadamente, se recuperó de manera sorprendente. Mientras, la recién nacida fue trasladada a la unidad de neonatos en muy buen estado, aunque su familia no pudo estar con ella porque se encontraban en cuarentena al haber sido contactos directos de Miriam.
Por fin, 12 días después del nacimiento de Suhaila, madre e hija pudieron abandonar el hospital e irse a casa para comenzar su nueva vida. Ahora, ambas se encuentran en buen estado y todo quedó en un susto.