Las protestas y 'caceroladas' convocadas para pedir la dimisión de Pedro Sánchez al frente del Gobierno por la gestión de la pandemia del coronavirus se han ido extendiendo por diferentes territorios del país con el paso de los días a pesar de seguir siendo un movimiento minoritario.
Sexto día de protestas ciudadanas ante la sede del PSOE, en la calle Ferraz de Madrid, por la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez en la crisis del coronavirus. Las manifestaciones, como ha ocurrido el resto de la semana, ha contado con 'caceroladas' y gritos reclamando la dimisión del Ejecutivo.
Sobre las 21.00 horas, un grupo de ciudadanos se ha vuelto a manifestar pero, tal y como ha ocurrido en los últimos días, la presencia policial ha impedido que los congregados invadieran la calzada y cortaran ese trozo de la vía al tráfico de coches. De este modo, se han evitado las concentraciones de personas, limitando el movimiento de los ciudadanos a las aceras.
Así, la seguridad en la zona se ha reforzado con el paso de la semana, con una mayor presencia policial y 'lecheras' de la Policía Nacional frente a la sede de los 'socialistas'. Además, se ha notado una menor presencia de personas en la manifestación de este jueves, aunque en la mayoría de casos portaban cazuelas con las que provocaban fuertes ruidos para mostrar su indignación con la política del Gobierno en la crisis sanitaria.
La mayoría de ellos iban ataviados con la bandera de España, con enseñas de distinto tamaños, y portando las mascarillas que desde hoy son obligatorias. Entre los lemas, gritos de 'Gobierno dimisión', 'Sánchez dimisión', 'libertad' y 'fuera, fuera'.
Los manifestantes, además, se iban entremezclando con otros ciudadanos que aprovechaban para pasear o hacer deporte. También desde los balcones y ventanas de las viviendas de la calle Ferraz, muchos vecinos han querido compartir la protestas con los ciudadanos que se encontraban en el exterior.
El seguimiento de estas protestas ha sido desigual en otros barrios y distritos de la capital española. Las protestas se han extendido por otros barrios, como Mirasierra, Aravaca, Chamartín, Montecarlo, Aravaca o Moratalaz, donde hubo enfrentamientos entre manifestantes de diferente ideología que acabaron con un herido.
En la Plaza de Chamberí, también en Madrid, un grupo de personas se ha vuelto a congregar para mostrar su rechazo al Ejecutivo central. En esta ocasión se ha seguido el mismo patrón que en las otras concentraciones, con los mismos lemas y con la mayoría de manifestantes envueltos en la bandera española. Entre ellos estaba la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
También en otros municipios madrileños ha habido concentraciones contra Sánchez, como, Alcorcón, Pozuelo de Alarcón o Getafe y en otras ciudades españolas como Salamanca, Valencia, Zaragoza, Sevilla, Logroño, Barcelona, Málaga y Guadalajara.
El germen que surgió en el madrileño barrio de Salamanca el pasado domingo 17 de mayo se ha ido repitiendo una semana después de las primeras convocatorias. Como viene siendo habitual, los ciudadanos salen en la misma zona de Núñez de Balboa, entre las calles Ramón de la Cruz y Ayala, para manifestarse en contra de la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez frente al coronavirus.
A diferencia de los primeros días, donde hubo concentraciones de personas que impedían mantener la distancia de seguridad recomendada por las autoridades sanitarias para evitar la propagación del coronavirus, el resto de noches sí que ha habido un aumento considerable de presencial policial que ha impedido a los vecinos invadir la calzada.
Así, con banderas de España y cacerolas, han protestado por las aceras, andando y evitando estar parados, por lo que no se han vuelto a repetir imágenes de acumulaciones de personas. Desde los balcones y las ventanas, además, han sonado caceroladas como respuesta crítica a la política del Ejecutivo central.