El día en el que la mitad de los españoles han pasado a la fase 1 de la desescalada, los representantes políticos de la Comunidad de Madrid, la Comunidad Valenciana y Andalucía muestran, con diferentes tonos y matices, su discrepancia con la decisión del Ejecutivo sobre sus respectivos territorios.
Las tres dudan sobre los criterios aplicados y lamentan la ausencia de unos parámetros inequívocos que justifiquen por qué unas zonas han podido avanzar en el desconfinamiento y otras se mantienen en la fase inicial y así lo manifestarán esta tarde en la reunión semanal entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas.
No lo entiende el Gobierno valenciano porque, según asegura su presidente, cumplían "claramente con todos los parámetros". Reprochan que, cuando se cerró el plazo, el ministerio cambió repentinamente el criterio de someter a PCR a posibles enfermos. El socialista Ximo Puig reivindica criterios verificables, "que se parametrice y que se diga cómo se tiene que hacer". Cumplir, cumplía la Comunidad de Madrid según su Ejecutivo. Aseguran que tienen los requisitos asistenciales. El del control de los casos nuevos tal y como se exige, no tanto; de hecho el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz-Escudero, ha asegurado que "salvo ese punto el resto se cumple holgadamente".
Lo que reclaman al Gobierno central es confianza hacia ellos. Una confianza entre Moncloa y San Telmo que se tambalea desde Andalucía. Denuncian que el Ministerio podría haber impuesto criterios políticos. El vicepresidente andaluz, Juan Marín, ha dicho en rueda de prensa que "Andalucía acepta cualquier decisión siempre que no haya ningún agravio comparativo". Se quejan del trato desigual que han recibido Granada y Málaga respecto del País Vasco -especialmente Vizcaya- que ya ha pasado a fase uno. Aunque ese avance no ha evitado al lehendakari el abucheo de algunos trabajadores del Hospital de Cruces e imponer una fase que es más una 0,5 que de 1 impidiendo viajar a otras residencias y las reuniones en domicilios de 10 personas.
Estos son los argumentos y las demandas de las tres comunidades que se han enfrentado Sanidad antes de la reunión interterritorial:
La Comunidad de Madrid ha solicitado de nuevo al Gobierno el paso a la fase 1 de la desescalada de forma verbal porque entiende que cumple los requisitos "con todas las garantías", según ha adelantado 24 horas de TVE.
¿Cuáles son los criterios que justifican ese cambio? El incremento de 11.000 a 15.000 de las pruebas PCR que se realizan para detectar nuevos contagios; el refuerzo de la atención primaria con 685 trabajadores más (personal sanitario y no sanitario) o la contratación de unas 400 personas para la red de técnicos de salud pública que van a encargarse de hacer la encuesta y seguimiento epidemiológico para diagnosticar la COVID-19.
Madrid sostiene que ya cumplía otras exigencias como el número de camas de hospitalización y de camas UCI necesarias para atender un posible rebrote de la enfermedad y mantiene una tendencia positiva tanto en número de nuevos casos como de altas hospitalarias.
Pero también tiene un mensaje político tras la polémica suscitada la pasada semana sobre el peso de las razones económicas en la posición del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso. Así, el consejero ha pedido al Gobierno central confianza en las autonomías y ha garantizado que no van a tomar decisiones "en contra de la salud de los ciudadanos". El Gobierno madrileño insiste en que otras comunidades con peores cifras de contagios han avanzado a fase 1, algo que hace "complicado entender" el criterio que han utilizado para autorizar o no el avance.
El director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ya apuntó el domingo que hay regiones, como la Comunidad Valenciana, que podrían estar listas próximamente para cambiar de fase, pero el Ejecutivo autonómico sigue dolido por la decisión del pasado viernes y sobre todo por la falta de criterios o de transparencia a la hora de establecer los parámetros para pasar de fase.
El presidente valenciano, Ximo Puig, ha tratado de desligar ese malestar de cualquier "tipo de enfrentamiento" y ha reconocido la complejidad de la situación, pero ha insistido en que la Comunidad ya cumplía la semana pasada todos los criterios establecidos por el Ministerio de Sanidad, y finalmente se añadieron nuevos criterios, como las pruebas a sospechosos.
Por ello, ha reclamado parámetros claros que eviten confusiones en futuras fases. "Lo único que pido es que el Gobierno de España diga claramente cuáles son los indicadores para pasar de fase, pero en esta y en todas" las fases, ha subrayado.
Ni Granada ni Málaga han podido pasar a la fase 1 y, según el Gobierno de la Junta, las razones han sido políticas. Lo ha dicho el vicepresidente andaluz, Juan Marín, que no entiende por qué en algunos sitios se ha autorizado desescalar por distritos sanitarios y a Andalucía no. Con su decisión, el Ejecutivo de Pedro Sánchez, según la Junta, juega con la recuperación de esas dos provincias.
Los responsables autonómicos se preguntan: Si el índice de contagios de Vizcaya es de 70 por 100.000 habitantes y el de Granada de 21,1, ¿por qué se le ha dado "trato preferente" al País Vasco?
Además, Andalucía insiste que solo uno distrito de Granada y dos de Málaga no cumplen los criterios. Sí lo cumple la costa tropical granadina, asegura la Junta, que reclama el mismo trato para Málaga que se ha dado al Valle de Arán, en Cataluña. El alcalde de Granada, Luis Salvador, tampoco está satisfecho con la decisión que, según él, daña a una ciudad eminentemente turística y puede enfrentar a comarcas.
También él ha exigido transparencia al Gobierno sobre los criterios que se tienen en cuenta para que se pueda pasar de una fase a otra y le ha hecho una sugerencia: que la revisión se pueda hacer por días y no semanal. Para la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, ya se ha hecho daño a la Costa del Sol con mantener a Málaga en la fase 0. Mientras, la Junta debate nuevas medidas para el desconfinamiento, entre ellas aforos limitados en las playas, de casi la mitad, y control policial de entrada, salida y de distancias.
Luego están los casos de los pueblos sin casos de coronavirus que siguen en fase cero o los que el pueblo está pero sus vecinos que trabajan en otras zonas que no, no. Caminando por el solitario paseo marítimo de Cunit, aún en fase 0, se llega al de Calafell, donde terrazas y pequeños comercios ya han abierto. Han pasado a la fase 1. Están en la misma provincia, Tarragona, pero en diferentes áreas sanitarias. Pertenecer a la de Barcelona ha perjudicado a Cunit. Nunca las divisiones provinciales habían dado tantos quebraderos de cabeza. A la alcaldesa de El Casar, en Guadalajara, colindante con Madrid, le preocupa haber pasado a la fase 1 porque la mayoría de sus vecinos trabajan en Madrid. Las cosas de pasar o no la siguiente fase.