Es la gran esperanza blanca del socialismo madrileño. La última de tantas. Juan Lobato Gandarias (Madrid, 5 de noviembre de 1984) se acaba de estrenar como secretario general del PSOE-M y como portavoz de su grupo en la Asamblea. No aclara si será también el próximo cartel electoral, pero ya advierte: "No me voy a esconder", que es casi como decir que va a intentarlo.
"Serio, riguroso, moderno", dice para definirse. Su papel, por ahora, es reflotar un partido que salió tocado del 4-M -"faltó capacidad de adaptación al cambio brutal que ha tenido Madrid", admite- e intentar frenar la trayectoria ascendente de Isabel Díaz Ayuso. Lobato sabe lo que es ganar al PP en un terreno que parecía suyo, el acomodado pueblo de Soto del Real, del que fue alcalde. Y se ha hecho con el poder en su partido derrotando en primarias a un colega del cinturón rojo, el alcalde de Fuenlabrada. Con estas victorias a uno y otro lado, este joven veterano de la política se enfrenta ahora al "reto gigante" de ganar para el PSOE su comunidad maldita.
Pregunta: Ángel Gabilondo intentó ganar Madrid etiquetándose como “soso, serio y formal”. ¿Qué tres palabras le definen a usted?
Respuesta: Bueno... desde luego yo diría que serio, eso sí es verdad. Creo que riguroso y diría que moderno.
P.: El PSOE no gobierna en la Comunidad de Madrid desde el 95. Le frenó en su día el tamayazo, luego las alianzas del PP con Ciudadanos... Hay un historial de mucho tiempo sin gobernar. ¿Se siente capaz de acabar con esta maldición?
R.: Bueno, sabemos que el reto es enorme, pero también somos conscientes de que en Madrid hay una mayoría social clara, que es gente que lo que quiere es esforzarse en la vida, progresar, avanzar y que precisamente es lo que ofrece nuestro partido. Que existan instrumentos, medios, un modelo económico que permita a todo el mundo avanzar, crecer y mejorar en la vida. Por eso, aunque el reto es gigante sabemos que hay una base muy buena y lo que hace falta de trabajar con seriedad, con intensidad y con las ideas claras.
P.: ¿No piensa entonces que Madrid es de derechas?
R.: No, yo creo que no. Yo creo que la inmensa mayoría es gente que quiere levantarse pronto para esforzarse en la vida, para encontrar un trabajo, para mejorar. Gente que quiere que sus hijos tengan buenos colegios, gente mayor que quiere que haya una buena sanidad pública. Eso es Madrid ¿no? Y yo creo que hay gente muy autónoma en las decisiones que toma políticamente, pero que tiene unos principios y unos valores que coinciden enormemente con lo que plantea el PSOE. Lo que hay que recuperar es esa conexión y ser capaces de ofrecer un país serio que cubra esas expectativas que tienen.
P.: El 4-M no le fue bien al Partido Socialista de Madrid. Le fue mal. ¿Qué falló?
R.: Yo creo que precisamente la falta de conexión. Llevamos 20, 25 años en los que ha habido una dinámica en la que Madrid ha ido evolucionando muy deprisa, a la que han pasado muchísimas cosas y en la que bueno, pues digamos que el partido no ha tenido toda la flexibilidad o la capacidad de adaptación y de modernización a la velocidad de cambio bestial que tiene Madrid. Y ese es el reto que nos planteamos, ser capaces de tener una permeabilidad total y de estar no solo al día del dinamismo que tiene Madrid, sino ser vanguardia y liderar muchos de estos cambios, tratando de iluminar el camino por donde creemos que debe ir la sociedad madrileña.
P.: Ha llegado al cargo a través de unas primarias. Para entendernos ¿era el candidato oficial o el de la militancia.
R.: Bueno, al final se ha visto claramente que el de la militancia. Yo estoy muy orgulloso y muy contento del apoyo tan amplio que hemos tenido, de la participación que ha habido, de seguir siendo más que nunca el partido referente en lo de la democracia interna... Y ahora es momento de trabajar para coordinar a toda esa militancia, a todo este partido para conseguir el cambio y el Madrid que nos merecemos.
P.: ¿Y era el candidato de Pedro Sánchez? ¿Qué relación tiene con él?
R.: Tenemos una buena relación hace muchos años, pero no sé... creo que Pedro Sánchez, de hecho, no pudo votar porque estaba en La Palma ese día.
P.: Se impuso en las primarias a Javier Ayala, alcalde de Fuenlabrada, que es puro cinturón rojo y tú vienes de un pueblo de casas con jardín, Soto del Soto del Real. ¿Eso significa algo? ¿Qué Madrid requiere un PSOE menos rojo?
R.: Lo que significa que Madrid es muy diverso y plural. Y en Madrid hay muchísima gente diferente, pero la inmensa mayoría tiene los mismos valores. Y yo creo que el PSOE tiene esa capacidad de representar y de impulsar medidas y expectativas para especialmente la población que tiene menos oportunidades por condiciones económicas que son nuestra absoluta prioridad. Y también para el resto de población que quieren mejorar, avanzar en la vida, que creen que pueden aspirar a más esforzándose, y el PSOE lo que establece es esa oportunidad para que todos ellos puedan hacerlo. Por eso somos un partido que cuando hacemos las cosas bien somos capaces de representar amplísima mayorías y ese es el objetivo.
P.: Por cierto, su campaña ha sido muy de redes sociales. Es otra forma de rejuvenecer el partido, de dar un pequeño salto para adelante. ¿El partido se había quedado un poco atrás?
R.: También porque acabo de cumplir 37 años. Es mi forma de vida social y de actividad. Cada uno es lo que es y representa lo que es. Y a partir de ahí, es verdad que ese salto que damos también con los perfiles que asumimos, los retos y los liderazgos, nos hacen generar una dinámica distinta en amplios sectores de población a los que nos estaba costando generar una identificación.
P.: El secretario general del PSOE, por cierto, ¿tiene Tik-Tok o no?
R.: Pues no. No, no, no... esa no.
P.: Soto del Real, de donde ha sido alcalde, ha sido el banco de pruebas de su política. Allí incorporó a Ciudadanos a la gestión...
R.: Sí, pese a que sacamos mayoría absoluta muy amplia, ganamos con un 60 por ciento, el PP obtuvo un 20 y Ciudadanos no recuerdo ahora, pero debía ser un 10, aproximadamente. Pese a ello, sí que tuvimos una forma de gobernar absolutamente abierta y de consenso. Yo recuerdo plenos, con 20 25 puntos y el 90 o 95% de ellos aprobados por unanimidad.
Creo que es una forma de gobernar que te permite hacer los cambios con más seriedad, con más solvencia. Y es el modelo que creemos más lógico, ¿no? Por eso nos sorprende tanto que Ayuso tenga ese tono de aislamiento y de enfrentamiento permanente, porque así no hay manera de avanzar y ya vemos lo que está sufriendo esta región, especialmente las últimas semanas en servicios públicos básicos como la Sanidad.
P.: A Gabilondo dicen que le penalizó escorarse a la derecha, el giro que dio. ¿Su intención es ir a los restos de Ciudadanos?
R.: Si es que no es eso. El PSOE no tiene que moverse. Tiene unos principios y unos valores muy claros de más de 140 años de historia que son oportunidades para todos, progreso social, derechos civiles que nos permitan a todos vivir con más calidad de vida y con más seguridad. Y eso es lo que tenemos que hacer y ofrecer proyectos con amplitud de miras, modernos, actualizados a los problemas y a los retos que tiene Madrid -como por ejemplo una educación que apueste por la robótica y programación como actividad básica en todos los centros públicos, o una sanidad basada en una estrategia potente de prevención y promoción de la salud- ese es el objetivo y el reto que tenemos para estos años.
P.: Se acaba de estrenar como portavoz en los presupuestos. ¿Va a ser usted el azote de Ayuso? Digamos que el antecedente ‘blando’ de Gabilondo le va a obligar a usted a hacer un sobreesfuerzo de agresividad.
R.: Noooo, yo soy como soy. Yo conseguí ganar al Partido Popular en un municipio en el que tenían más de un 50 por ciento de los votos y fue con una política de contundencia, de fiscalización permanente y milimétrica, pero siempre, siempre absolutamente constructiva y con una propuesta alternativa encima de la mesa. Con cero demagogia y sin ataques ni críticas gratuitas. Yo creo que eso es lo que hace falta. Seriedad, elevar el nivel de la política Madrid, y ser capaces de que las mayorías sociales y de progreso apuesten por que esta región avance con claridad.
P.: Entre otras cosas, la ha propuesto a Ayuso un pacto de presupuestos. Con lo que se mete con Sánchez. ¿Le ayudaría usted a sacar las cuentas?
R.: Bueno lo que le he propuesto es que retire sus presupuestos, que invierten menos en sanidad en 2022 de lo que invirtieron en 2019, cuando ahora tenemos un montón de centros de salud cerrándose, urgencias cerradas en muchísimos puntos de la Comunidad de Madrid y aun así decide invertir aún menos en Sanidad pública.
Por eso le hemos pedido que lo retire y que seamos capaces de ver unos presupuestos que enfoquen bien la línea estratégica que Madrid necesita. Que es un nuevo modelo económico basado en la innovación, la digitalización, el emprendimiento, la economía, conocimiento y unos servicios públicos fuertes que permitan dar esa seguridad y esa generación de oportunidades a todos. Eso es lo que le hemos planteado con claridad, que los retire y que afrontemos el reto de consensuar unas líneas estratégicas y no solamente imprescindibles.
P.: La palabra favorita de uso es libertad, ¿La suya?
R.: Bueno, pues yo diría que igualdad, oportunidades...
P.: Y ella presume de bajar los impuestos. No sé si usted los subiría.
R.: Es que es un debate completamente falso. El problema no está en subir o bajar los impuestos, si no para qué. Si tuviera un modelo claro y dijera oye, es que yo quiero que Madrid sea para esto, y me hace falta más impuestos, menos impuestos. El problema es la ausencia de estrategia, de visión y de qué quiere hacer con Madrid. Ese es el problema. Bajar los impuestos... Pero ¿va a invertir menos aún en sanidad que en 2019, con la que está cayendo y con el problema de más de medio millón de madrileños que tienen listas de espera de hasta 18 meses para pruebas oncológicas y para cirugías? Ese es el problema.
P.: ¿Se alegra usted, o le viene bien que Ayuso esté a la greña con Casado?
R.: No, no me alegro. Lo que creo que deberían resolverlo cuanto antes, porque necesitamos que los gobernantes se centren en su tarea, que es gobernar y aportar visión y estrategia de cara al futuro. Y en Madrid la echamos de menos de hace muchos años. Pues si todavía van a estar más despistados con estas cosas, peor aún para los madrileños.
P.: ¿Y apuesta por alguno?
R.: No, no tengo ni idea. La verdad que esos procesos son muy complejos. Y cuesta casi saber cada uno de su partido como para saber cómo va en el otro.
P.: ¿Quién es su auténtico rival, Ayuso o Mónica García, de Más Madrid, que les hizo el sorpasso y ha sido la política de moda?
R.: Bueno, claramente Ayuso. Nosotros a lo que aspiramos es a ser el partido mayoritario de la sociedad madrileña. Ya que esa mayoría que tiene los valores socialdemócratas en Madrid, pues que se animen y vean claramente que las expectativas y los proyectos del PSOE son los que necesita Madrid para el futuro. Y eso pasa por ser el partido mayoritario.
P.: Este es un mandato corto, apenas dos años. ¿Va a ser usted el candidato en las próximas elecciones?
R.: Se decidirá dentro de un año aproximadamente. En un proceso de primarias en el que todos los militantes lo decidirán. Desde luego, yo soy consciente de la complejidad del momento y estoy aquí para asumir responsabilidades y no me voy a esconder. Pero es una decisión que se tomará dentro de un año por parte de todos militantes.
P.: Una última cuestión, al PSOE le está costando ganar décadas ganar en Madrid y la federación ha sido una especie de trituradora de dirigentes. ¿Le da miedo eso? ¿Teme ser el próximo?
R.: No, a mí lo que me preocupa son los problemas que tiene Madrid. La falta de apostar por una sanidad pública y una educación pública de calidad. La falta de un modelo económico ambicioso que genere calidad en el empleo. Eso es lo que le preocupa. El resto, cada uno tenemos que asumir las responsabilidades en cada una de las etapas de nuestra vida y yo ahora estoy muy ilusionado por poner encima de la mesa un proyecto ambicioso, ilusionante y moderno para Madrid. Y a partir de ahí, con naturalidad a trabajar. Con fuerza y energía.