Para entenderlo mejor utilizaremos un ejemplo ficticio. Si en las próximas elecciones, en una de las circunscripciones de España, cuatro partidos políticos luchasen por conseguir los cinco cargos de diputados disponibles y el número de votos total (que no de censados, pues aquí solo cuentan los votos válidos y los llamados en blanco) fuese de 13.500, estos serían los resultados:
Lo que marca la Ley D'Hondt es que hay que dividir el número total de votos que ha recibido un partido por 1, 2, 3, 4 y 5, es decir, los cargos electos que se disputan en cada circunscripción. En este caso, los 5.000 votos del partido A se dividirían por 1, 2, 3, 4 y 5; lo mismo con los 4.000 votos del partido B (1, 2, 3, 4, 5), etc.
De todos los resultados obtenidos, los cinco diputados se asignan a las cinco cifras más altas, independientemente del partido que sean. Eso sí, para poder aspirar a obtener representación, hay que lograr un mínimo del 3% del total de los votos.
En este caso, el Partido A tendría el primer diputado gracias al resultado de 5.000; el segundo diputado correspondería al Partido B por el cociente de 4.000; el Partido C se llevaría el tercer diputado con la cifra de 3.500; el Partido A se quedaría con el cuarto diputado por el resultado 2.500; y el quinto y último diputado sería para el Partido B, con la cifra de 2.000, más alto que todos los cocientes del Partido D.
Por lo tanto, el Partido D no tendría representación, el Partido C alcanzaría un único diputado, y los partidos A y B se quedarían con dos diputados cada uno.
En caso de empate, el escaño se le otorga a la formación con mayor número de votos, aunque esa posibilidad es muy remota ya que las cifras no suelen ser redondas como en este caso.
El número de diputados que se asignan a cada circunscripción también es proporcional según el número de habitantes. Por ejemplo, en las elecciones generales hay 350 diputados para 52 circunscripciones (las provincias españolas), con un mínimo de dos diputados por provincia (excepto en Ceuta y Melilla que tienen uno).
Con este reparto, en Soria (la provincia menos poblada) votan por la elección de dos diputados mientras que en Madrid (la más poblada) lo hacen por 36. La consecuencia es que en Madrid, para lograr un diputado cada partido, se necesitan 100.595 votos, y en Soria sólo 26.105, lo que implica que en Soria el valor de un voto sea mucho mayor.
Esto provoca que si un partido tiene repartidos sus votos en varias circunscripciones pueda obtener menos escaños que un partido con mucho apoyo en una sola provincia, como suele ocurrir entre un partido nacional como IU y otro autonómico como PNV.
Este reparto proporcional beneficia tanto a los grandes partidos políticos como a los partidos nacionalistas, aunque permite un acceso más sencillo a las formaciones más pequeñas, al contrario que con otros sistemas de proporcionalidad como el directo (que utilizan por ejemplo EEUU y Reino Unido), en el que la fuerza más votadas en cada circunscripción se lleva todos los escaños.
La Ley D'Hondt la creó el jurista belga Victor D'Hondt a finales del siglo XIX, y a día de hoy está vigente muchos países como Francia, Argentina, Finlandia, Paraguay, Portugal o Suiza, entre otros.
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