El volcán de La Palma, más activo y explosivo que nunca, presenta un nuevo peligro añadido, imperceptible incluso para los vulcanólogos: la lava que discurre por debajo de las coladas. Su salida a la superficie podría causar grandes destrozos en el barrio de La Laguna.
Preocupa que las coladas de lava sigan avanzando hacía las casas y la incertidumbre sobre la evolución del volcán es cada vez mayor entre los vecinos. Una incertidumbre que se incrementa ahora por los tubos lávicos que van por debajo de la colada, puesto que es difícil calcular por dónde se desplaza el magma líquido.
Un fenómenos imprevisible e imperceptible también para los vulcanólogos, que no pueden saber ni la cantidad ni la velocidad a la que discurre.
El miedo a que pueda salir por un lugar inesperado y que arrase con todo lo que pille a su paso crece a cada minuto. Los vecinos temen el avance imparable de las coladas ante el poder de las nuevas bocas eruptivas, en unas jornadas donde el volcán de Cumbre Vieja ha experimentado su mayor actividad sísmica.