La previsión de lluvias en La Palma pone a la isla en alerta por posibles escorrentías
La probabilidad de lluvias en zonas afectadas por el volcán de La Palma es del 95 % este sábado
Desde el Pevolca alertan de una posible “inmediata subida del peso de las cenizas”
La probabilidad de escorrentías aumenta por la impermeabilidad de algunas superficies con las cenizas
El anuncio de posibles lluvias en la isla de La Palma ha puesto en alerta a las zonas afectadas por el volcán. De cobrar intensidad, el agua podría aumentar el peso de las cenizas en calles y tejados y dar lugar a peligrosas escorrentías.
Se prevén precipitaciones los próximos días en el norte y noreste que serán, en principio, de carácter débil. No obstante, desde el Departamento de Seguridad Nacional (DSN) advierten del riesgo de posibles escorrentías debido a la impermeabilidad de las coladas.
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En el municipio palmero de Tazacorte, uno de los más afectados por la erupción, la probabilidad de precipitación para mañana sábado es del 95 por ciento, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Se aconseja limpiar tejados por el peso de las cenizas
Desde el Pevolca (Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias) se aconseja que las cubiertas de los edificios estén limpias antes de que empiece a llover para evitar “una inmediata subida del peso de las cenizas” sobre ellas.
¿Qué son las escorrentías y por qué pueden producirse?
En principio parece que las lluvias serán débiles, pero si fueran “un poco abundantes”, según el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, se generaría un problema mayor debido a que las zonas de malpaís son “bastante impermeables, son plásticas”, y habría escorrentías.
El agua no solo hace aumentar el peso de la ceniza sino que puede formar una especie de pasta que taponaría alcantarillas y hacer colapsar tejados (que en general son muy rectos en la isla, no inclinados) y, aunque es mucho menos habitual, podría formar lahares.
La escorrentía es la parte de la precipitación que fluye por la superficie del terreno hasta alcanzar la red fluvial. Este flujo del agua de lluvia puede hacer que las cenizas y otra partículas del volcán ingresen en ríos y lagos o generen charcos de aguas estancadas.
Siguen los desalojos en La Palma
El informe del DSN, emitido a las 08:00 horas de este viernes, señala además que se mantiene la atención sobre las coladas del área noroeste, que se han unido y parecen discurrir por dirección suroeste, sin descartarse variaciones en su evolución; en cuanto a la colada baja, continúa su aproximación al mar, del que le separan apenas cien metros de distancia.
Los últimos datos apuntan que la cifra total de personas desalojadas desde el inicio de la emergencia se aproxima ya a las 6.600, incluidas las evacuaciones preventivas del pasado miércoles.
La superficie afectada por la erupción del volcán de Cumbre Vieja asciende a 825,23 hectáreas y según el Catastro ya son 1.196 las edificaciones que han sufrido daños o han quedado totalmente destruidas.
Mejora la calidad del aire por los vientos alisios
En lo que respecta a la calidad del aire, las condiciones son a esa hora “razonablemente buenas”, según el DSN y también lo son las condiciones aeronáuticas en todos los aeropuertos de las Canarias. Los vientos alisios, del nordeste, han contribuido a dispersas las partículas del volcán, y los niveles de calima han ido considerablemente a menos.
Entre la pasada medianoche y las 7:30 de la mañana hora peninsular, La Palma ha registrado un total de 46 terremotos, según datos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) que detalla que el mayor de ellos ha tenido lugar a las 06:09 horas a 14 kilómetros de profundidad en Fuencaliente, con una magnitud de 3,6 y una intensidad de III en una escala de I a XII.
Poco antes de las 08:00 de la mañana ha tenido lugar sin embargo un seísmo de 4,2 de magnitud a 38 kilómetros de profundidad en Villa de Mazo, localidad donde se han registrado los mayores terremotos desde la erupción de Cumbre Vieja, el de mayor magnitud, de 4,8 y una intensidad de IV a principios de esta semana y finales de la pasada.
La portavoz científica del Pevolca, María José Blanco, reconoció ayer jueves que ha disminuido el número de eventos en la sismicidad profunda, pero su magnitud sigue siendo alta, lo que es preocupante porque podría haber terremotos de intensidad VI, considerados “levemente dañinos”, ya que pueden provocar desplazamientos o caídas de pequeños objetos.