A las diez de la mañana da comienzo, en el Tribunal Supremo, la vista oral que se prolongará alrededor de tres meses de manera que las sesiones no se solapen con las elecciones municipales y autonómicas del 26 de mayo. La clave está en si hubo violencia o no y, por tanto, si hubo rebelión o no. Los acusados se enfrentan a peticiones de penas que pueden ir desde los 7 a los 25 años. La sentencia podría conocerse antes del mes de agosto.
Tres de los doce acusados están en libertad bajo fianza. Son los exconsejeros Cales Mundó, Meritxel Borrás y Santi Vila, que acudirán a pie al Tribunal. El resto ha sido traslado desde las prisiones de Soto del Real, donde están los hombres, y de Alcalá-Meco, las mujeres, por la Guardia Civil.
Hoy, antes de iniciarse el juicio, los encausados y sus defensas decidirán dónde se van a sentar. El Tribunal les ofrece esta potestad.
A esta primera sesión ha acudido el presidente de la Generalitat, Quim Torra, a quien ya hemos visto llegar al Supremo. Lo ha hecho a la cabeza de una manifestación en la que también estaba Roger Torrent, president del Parlament. Como marca el protocolo, debe ser recibido por el presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Supremo, Carlos Lesmes y el presidente del Tribunal, el magistrado Manuel Marchena.
De los 12 acusados. Oriol Junqueras es la cabeza visible del Gobierno catalán que impulsó el referéndum del uno de octubre y la declaración de independencia. La Fiscalía pide 25 años de cárcel por rebelión con malversación para el exvicepresidente catalán, una pena que la Abogacía del Estado rebaja a 12 años al ver sedición en lugar de rebelión.
En el siguiente escalón de responsabilidad están Carme Forcadell. A ella y a Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, la Fiscalía les reclama 17 años de prisión por rebelión y la Abogacía lo rebaja por sedición a 10 años para la expresidenta del Parlament y a ocho años para los líderes independentistas.
Para los exconsejeros Joaquín Forn, Jusep Rull, Jordi Turull, Raúl Rumeva y Dolors Bassa, la Fiscalía pide 16 años de cárcel por rebelión con malversación y la Abogacía 11 años y medio por sedición.
En cuanto a los tres únicos procesados en libertad provisional, Meritxel Borrás, Carles Mundó y Santi Vila, la Fiscalía y la Abogacía piden para los tres siete años de prisión por malversación y desobediencia.
Dos familiares de cada uno de los acusados tendrán un lugar reservado en la sala para seguir la vista. Habrá dos traductores por si alguno de los acusados quiere intervenir en catalán.
No estarán los siete procesados fugados en tres países, Bélgica, Suiza y Escocia. Entre ellos el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Se han extremado las medidas de seguridad, se desplegarán unos 200 agentes de la unidad de intervención policial.