Más de 500 testigos y representantes políticos; 600 periodistas acreditados; 170 medios de comunicación y 70 de ellos extranjeros. Todo para seguir el arranque del juicio del procés; el juicio a un desafío institucional sin precedentes que ha puesto a prueba el sistema jurídico en España.
Ante un despliegue mediático sin precedentes, el Tribunal Supremo juzga ya a los 12 acusados de promover la consulta ilegal del 1 de octubre y la posterior declaración unilateral de la independencia: el exvicepresidente catalán Oriol Junqueras, la ex presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ocho exconsellers (Joaquín Forn, Jusep Rull, Jordi Turull, Raúl Rumeva y Dolors Bassa, además de Meritxel Borrás, Carles Mundó y Santi Vila) y los líderes de ANC y Omnium Cultural, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart respectivamente.
Sin embargo, entre todos ellos y desde la distancia, la estrella del juicio más mediático ha vuelto a ser él: Carles Puigdemont, a quienes los medios internacionales se refieren como ‘el presidente en el autoexilio’.
Huido de la justicia, el expresidente de la Generalitat no ha perdido la oportunidad de, –en su papel de “internacionalizar el conflicto”–, ofrecer una rueda de prensa en Berlín, Alemania, donde ayer se dejó ver en el Festival de Cine de la Berlinale y desde donde ha seguido hoy la mediática cita judicial.
Denunciando que “en el banquillo de los acusados se sientan hoy 2.300.000 personas”, en referencia a aquellos que apoyando la causa independentista les concedieron su favor, el expresident ha señalado que el juicio al procés será “un test de estrés para el sistema judicial español”, asegurando que “pondrá a prueba la democracia española”.
En este sentido, ha lanzado un mensaje claro apuntando que el Estado aún está a tiempo de absolver a los acusados, y ha hecho alusión directa a Pedro Sánchez y Pablo Casado al ser cuestionado sobre la posibilidad de unas elecciones generales anticipadas si los independentistas tumban los Presupuestos Generales del Estado, que se debaten precisamente hoy y serán votados este miércoles. A este respecto, Puigdemont ha reconocido que con el sucesor de Mariano Rajoy en el PP se complicará la resolución de la crisis territorial catalana. “Conjugar en una misma frase Pablo Casado y fácil… no es fácil, porque justamente su liderazgo se ha caracterizado por llevar una lata de gasolina para ver si se provocan incendios donde no los hay", ha subrayado.
Más allá, y en sintonía con la defensa de los encausados, Puigdemont ha asegurado desde Berlín que este juicio no tendría que celebrarse porque "no hay razones jurídicas, no hay pruebas y no hay crimen", y ha confiado precisamente en que el Estado rectifique y absuelva a todos los encausados, a los que se ha referido como "hombres valientes que nos están defendiendo a todos", y a quienes ha animado con un: “sed fuertes, tened confianza”.
"Para nosotros poner urnas no es ninguna rebelión, ni para el Código Penal español", ha recalcado, subrayando que no hubo violencia ni armas en los hechos que se están juzgando.
En esta línea, asegura que "durante el juicio se desenmascararán muchas de las construcciones que nos han llevado hasta aquí. No olvidemos que la única acusación particular es la de un partido de ultraderecha franquista, Vox, lo que demuestra que es un juicio político", ha denunciado, antes de pasar a defender que su prioridad siempre fue un referéndum pactado con el Estado.
No obstante, si Puigdemont ha conseguido erigirse como estrella en un juicio de tan inmensa repercusión mediática no ha sido solo por sus palabras desde Alemania. El expresidente de la Generalitat también ‘ha estado presente’ desde el primer momento entre las declaraciones de la defensa de algunos de los acusados. Y lo ha estado de forma bastante explícita, como ha mostrado Jordi Pina, abogado de Jordi Sànchez y Josep Rull, quien ha apelado a la puesta en libertad de sus clientes señalando a otros “investigados” que viven en países europeos y que el juez instructor decidió “no perseguir”, en clara alusión a Puigdemont.
“Yo no puedo pensar que se hace por dejación de funciones sino porque sabemos que las imputaciones no tienen la solidez que tienen que tener. Explíquenselo a estos señores que llevan más de un año en prisión mientras hay otros que no están a disposición del tribunal”, ha reprochado, ahondando en su crítica.
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