Juicio contra la madre acusada de asesinar a su hija Desirée: estaba “tranquila y relajada” tras el crimen
Una técnico de emergencias sanitarias, un médico y una enfermera han declarado en la segunda sesión del juicio contra la madre de Desireé Leal
Acudieron al suceso horas después de los hechos para prestar asistencia a la acusada: "Estaba tranquila y relajada. No tenía ninguna alteración"
La madre de Desirée Leal está acusada de drogar y acabar con la vida de su hija con sus propias manos
Continúa el juicio contra la madre de Desirée Leal, única acusada del asesinato de la pequeña, de siete años, el 3 de mayo de 2019 en Muimenta, Lugo. Aquel día, fue la abuela la que encontraba a su nieta en la cama, inmóvil, antes de que los efectivos sanitarios a los que alertó intentasen sin éxito reanimarla. La noche anterior, su madre, Ana sandamil, le había suministrado un potente fármaco y, una vez dormida, según la acusación, la habría asfixiado con sus propias manos.
En la primera sesión del juicio, la progenitora asegura que “no recuerda hacerle nada a la niña”, mientras la defensa se aferra a un diagnóstico de trastorno psicótico.
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La Fiscalía, sin embargo, sostiene con pruebas que drogó y estranguló a su hija “con suma violencia”. De hecho, recuerda que la acusada buscó en internet información sobre veneno cinco días antes del crimen, pero ella zanjó la cuestión declarando: "Yo nunca intoxicaría a mi hija, era lo que más quería en el mundo".
Hoy, en la segunda sesión del juicio, han declarado una técnico de emergencias sanitarias, así como un médico y una enfermera, que acudieron al domicilio del suceso horas después de los hechos para prestar asistencia a la acusada por un supuesto intento de suicidio con pastillas.
La acusada estaba “con un nivel de conciencia máximo, tranquila y relajada”
El médico que la atendió en aquella ocasión ha señalado que la mujer presentaba una puntuación de 15 en la escala Glasgow, esto es, estaba con "un nivel de conciencia máximo", y se encontraba "tranquila" y "relajada", sin "ninguna alteración en ese momento". "No se la veía irritada", ha añadido.
En su relato, ha señalado que al llegar a la vivienda le dijeron que "se había tomado pastillas" y que las había vomitado, aunque habían limpiado con una toalla el vómito, lo que le impidió ver si había en él restos de fármaco.
Así mismo, la técnico que acudió a esa misma asistencia ha destacado que la mujer estaba "coherente y normal" y que incluso pudo darles de memoria los números de su tarjeta sanitaria cuando se los preguntaron.
De este modo, el testimonio de los sanitarios en esta segunda sesión del juicio se contrapone a la versión dada por la propia acusada, que alega que no recuerda lo que sucedió esa noche porque se encontraba en un estado de psicosis y ansiedad extrema, tanto ese día como semanas antes, cuando pensaba que "la vigilaban" e incluso "oía voces".
Solo el novio de la acusada ha sostenido que conocía estos episodios de alteración, ya que otros familiares y amigos han asegurado que la vieron "normal" y que solo sabían que tenía una depresión.
El novio de la acusada señala que empezó a “notarla rara” y tenía “miedo por ella porque no dormía”
Ha sido él el primero en declarar ante el tribunal y el jurado, narrando cómo, tiempo antes de los hechos, comenzó a notar que le pasaba algo raro. "No me cogía el teléfono, si me veía, hacía como que no me conocía últimamente. No quería salir de casa, estaba muy nerviosa siempre", ha dicho: "No era ella, para mí no era ella".
En este sentido, ha apuntado que eran pareja desde el año 2013 o 2014, aunque solo se veían los fines de semana, y que era conocedor de que tomaba medicación que le había recetado la médico de cabecera. Además, ha señalado, su madre "buscaba un médico para llevarla" por sus problemas psicológicos, aunque ha afirmado desconocer que padecía un trastorno de este tipo.
Describiendo a la acusada como una persona “tranquila y cariñosa” que estaba "siempre mirando por su hija", de la que "no se separaba", ha reparado en que, no obstante, comenzó a "notarla rara" y ella decía "que tenía miedo por la niña y por ella misma también", aunque desconoce a qué.
Semanas antes del crimen, él pasó unos días en la casa donde vivía la mujer con la niña porque "estuvo muy mala, muy nerviosa" y "sin dormir". "Yo tenía miedo por ella, porque no dormía, se levantaba de noche, oía ruidos, abría la ventana y sacaba la cabeza fuera, tomaba mucho café...", ha relatado, tras lo que ha admitido que él no oía esos ruidos que ella refería.
“No era consciente de que Desirée había muerto”
Respecto a lo ocurrido en la noche del crimen, ha explicado que la acusada siempre le ha dicho que "no se acuerda" y que incluso estando ingresada en psiquiatría "quería ir para su casa a estar con la niña", porque no era "consciente de que había muerto". "La primera semana casi no me conocía, hablaba conmigo como si no me conociese. Pasando una semana se empezó a dar cuenta y empezó a llorar y me preguntaba si habría sido ella, si ella la habría matado. La veía muy mal", ha asegurado.
Familiares y amigos no observaron comportamientos extraños en la acusada
Por su parte, el resto de familiares y amigos que han acudido a la Audiencia, si bien han reconocido que la acusada padecía depresión, han asegurado que nunca observaron comportamientos extraños. Solo una mujer, amiga de la madre, ha admitido que ésta le dijo que "oía voces" y sentía que la "amenazaban", aunque ha explicado que no la veía con frecuencia.
En paralelo, cuatro tíos de la acusada, una amiga de ella y una amiga de su madre, que han declarado también como testigos, han asegurado que no notaron nada raro en su comportamiento antes de lo sucedido, ni conocían que tenía episodios psicóticos.
Concretamente, uno de los tíos de la acusada ha explicado que un hermano le había contado que sufría "una depresión", aunque él siempre la vio actuar con normalidad, al tiempo que ha elogiado su "excelente" papel como madre.
Un tío de la acusada señala que usó la tableta de ella para buscar información sobre un veneno, relacionado con su actividad agrícola
Otro de los tíos de la procesada, por su parte ha añadido que ésta "quería mucho" a Desirée y que su madre le había contado que "estaba algo enferma", aunque nunca supo de los episodios psicóticos. Unos días antes de los hechos la vio y estaba "como siempre", ha añadido.
Este testigo, a su vez, ha declarado también que él fue el que realizó la búsqueda en la tablet de la acusada sobre un veneno para matar ratones y lo ha relacionado con su actividad agrícola. Ante el jurado ha dicho que era habitual que él utilizase para búsquedas por Internet la tablet de ella, que había trabajado para él de forma "intermitente".
“Padecía una depresión muy grande y no quería tomar el medicamento”, “a veces se ponía violenta”
Por otro lado, una amiga de la infancia de Ana Sandamil ha explicado que no tenía conocimiento de que padeciese alguna enfermedad mental y ha dicho que no notó "nada raro" en ella cuando la vio, poco antes del crimen.
En paralelo, una amiga de la madre de la presunta asesina, que estuvo en su vivienda con ella y la niña un día antes de los hechos, ha explicado que "la vio normal" y no notó "nada raro" en su comportamiento.
Finalmente, la mujer de uno de los tíos de la acusada ha dicho que uno de sus familiares se puso en contacto con ella para que hablase con la mujer, ya que padecía "una depresión muy grande y no quería tomar el medicamento". "Me dijo que la notaban mal, pero no que escuchase voces", ha precisado.
En esta línea, ha narrado que uno de los tíos de la mujer le dijo también que "se ponía a veces violenta" y que "había roto el teléfono de la madre", que "tenía que cerrar la puerta para dormir", aunque no le dieron importancia porque les pareció "un punto de exageración".
Según ha narrado, fue a ver a la procesada cuando se encontraba ingresada en psiquiatría, donde ella pedía ir al entierro de su hija. La testigo ha explicado que, en ese momento, tuvo la sensación de que "no creía que su hija hubiese muerto" y llegó a pedir a su padre que sacase fotos del entierro.
Desirée presentaba lesiones en la boca y tenía “algo rojo, como sangre”, en las manos
Por otro lado, en su declaración en esta segunda sesión, la técnico sanitario que acudió tras la localización del cuerpo de la menor, a la que trataron de reanimar, ha contado que, cuando le cogió las manos para comprobar la saturación de oxígeno, notó que estaban frías y descubrió "algo rojo, como sangre" en ellas, aunque parecía haber sido limpiado.
En esa inspección descubrieron además que Desirée presentaba lesiones en la boca y los labios. "Como la niña hacía un ruido extraño al hacerle RCP, le abrimos la boca por si se había atragantado con algo, y ahí le vimos que tenía heridas en el paladar y en la comisura de los labios", ha señalado. Esta técnico también advirtió a la Guardia Civil de presencia de sangre en el suelo.
En su testimonio, por último, ha destacado que le sorprendió que, al llegar al domicilio, tanto los padres de la acusada como ella estuviesen "vestidos" y "arreglados". "Normalmente te reciben como están: en pijama", ha apuntado, tras lo que ha subrayado que la madre de la detenida se había puesto incluso "tacones".